No ha mucho tiempo que probamos este vino en su añada 2002. Estaba viejito ya, pero mantenía un espíritu vivaz y nos regaló un buen rato.
Este hermano pequeño tiene, evidentemente, otras cualidades. La capa es más alta y el color más intenso. En nariz sobresalen con mayor fuerza los aromas frutales y la madera está bien integrada (aunque hemos de reconocer que hay otras maderas más nobles, de aromas más finos).
En boca tiene buena entrada, con buenos taninos y aromas. Final largo.
Su precio sigue siendo muy bueno: unos 4 euros. Por tanto es de esos vinos con los que salir del paso de forma airosa.
¡Salud!
De capa media-alta picota, en nariz se muestra discreto aunque elegante. De inicio te encuentras con la fruta roja madura. Con el paso del tiempo la madera nos va regalando sus preciados tesoros, traídos de lejanas tierras: vainilla, canela.
En boca nos parece un vino bastante redondo. De entrada, suave y agradable; el paso por boca es sedoso, acariciador y aromático, con unos taninos perfectamente pulidos, que nos dejan un buen recuerdo.
He aquí la magia de un Rioja clásico. Teníamos algo de miedo por aquello de la "alta expresión" que reza en la etiqueta, no fuera que nos encontráramos con algún mejunje extraño disfrazado de modernidad.
El caso es que, pese a que se oigan voces acusadoras que tildan a los riojas de "trasnochados", estamos ante un vino bien hecho, de una gran añada, y que nos ofrece con sencillez muchas virtudes. La última es su precio: 5,92.
Vale, no es un vino que deba estar en el Olimpo, pero nos gusta reconocer las buenas cosas, dejándonos de prejuicios.
¡Salud!
Utilizaremos el manido término de "crónica" de una decepción para tratar este vino.
Nada que objetar en la fase visual (picota, capa alta). En nariz encontramos un aroma inicial desagradable, lo que se conoce como reducción, que tratamos de despejar dándole tiempo al vino. Tras unos cuantos minutos de agitar y agitar la copa, vemos que la cosa no mejora. Por tanto optamos por una medida radical: lo decantamos. Pues venga, hacemos el "ceremonial" y probamos de nuevo. Sí, parece que funciona. Comenzamos a apreciar la fruta roja y algo de madera (lápiz), incluso algunas notas de cuero. Sin embargo, la sensación final es decepcionante. No hay intensidad ni franqueza en los aromas.
Pasamos a la fase gustativa. Nada bueno reseñable. Al final nos quedamos con una sensación desagradable.
El caso es que nos ha costado algo más de 12 euros. Por tanto, no lo recomendamos. En fin, como dice el refrán: "vísperas de mucho, días de nada".
¡Salud!
Hoy vamos a realizar un ejercicio muy interesante. Vamos a catar un vino con 12 meses de crianza en barrica que ha sido embotellado hace apenas unas semanas. ¿Ya estará en su momento óptimo de consumo o aún habría que haber esperado más tiempo? Abrámoslo y probemos.
En copa, este vino aún muy joven presenta un borde morado, que los entendidos llaman "cardenalicio". La capa es alta y, como curiosidad, deja una lágrima muy densa en los bordes.
Al olerlo se detecta, lo primero, la fruta. Fruta roja, acompotada, de fresa o frambuesa. Poco después aparece una nota floral, de violeta. Pero desde el principio surge también la carga alcohólica que acompaña a este vino (14.5%). No molesta, pero está ahí. Más tarde, tras agitar la copa y dejar que se oxigene, el Prima también deja entrever la madera en que se ha criado: coco y cacao.
En boca, la entrada es sorprendente. Pero no es una sorpresa agradable, pues la sensación dominante en la lengua es una acidez que está al límite de la irritación.
La conclusión que extraemos de esta prueba es que aún no es el momento de abrir una botella de Prima 2007. Todas las características que presenta este vino son propias de un caldo que necesita varios meses más para redondearse en la botella. Nos proponemos terminar este ejercicio de hoy repitiendo la cata dentro de medio año o más. Entonces veremos si el Prima evoluciona o no.
Su precio ha sido de 8.90€ en Santa Cecilia de Madrid.
¡Salud!
Vino de capa alta, con ribete picota muy vivo. En nariz es complejo, no muy intenso, aunque agradable, con fondo frutal, notas especiadas y algo de tierra húmeda (como el mantillo de las macetas).
En boca tiene buena entrada, con dulzor y acidez equilibradas. Es aromático y deja un buen recuerdo.
Estamos ante un vino muy correcto, en periodo de plenitud, a un precio excelente de 5,58 euros. Una muy buena opción para disfrutar con un vino muy asequible.
¡Salud!
Hace algunos meses probamos el joven y el blanco de airén. Eran vinos que tenían su fuerte en la relación calidad-precio (rondaban los 2 euros). Nos apetecía hacer un seguimiento al hermano mayor.
De poca intensidad en nariz, encontramos aromas a cedro junto al fondo de fruta roja. En boca tiene una entrada golosilla y un paso ligero y aromático.
Evidentemente, no es uno de los grandes, pero cumple desde su modestia. Vino para el día a día, para salir del paso en una comida sin pretensiones.
El precio, entre 3 y 4 euros, sigue siendo su gran baza.
¡Salud!
Osborne nos presenta este producto de su bodega situada en Malpica de Tajo. En nariz es poco intenso, aunque tiene cierta complejidad, con un fondo frutal y los tonos avainillados de la madera. Incluso se aprecian algunas notas de monte.
En boca resulta un pelín ácido, pero es aromático y agradable.
Estamos ante un vino de unos 4 euros. Correcto y a un precio atractivo.
¡Salud!
Vino de capa alta, de los que tintan el cristal de la copa.
En nariz nos ofrece aromas frutales a ciruela-pasa o fruta roja/negra y, muy presente, un fondo mineral (de cepas viejas).
Al probarlo no pasa inadvertido, muestra carácter pese a ser un joven. Tiene acidez notable, es aromático y de largo recuerdo.
Interesante y a un precio excelente de 4,22 euros.
Se trata de uno de los vinos de la compañía de Telmo Rodríguez, enólogo que, junto a Pablo Eguzkiza, inició hace quince años un proyecto de elaboración de vinos en regiones muy distintas, utilizando variedades autóctonas (algunas en trance de desaparición). En este blog ya os presentamos el Dehesa Gago, que nos gustó bastante.¡Salud!
Probamos hoy un crianza (16 meses en roble) de una firma emblemática de Ribera del Duero.
De capa muy oscura, en nariz nos ofrece un interesante duelo entre la fruta, muy madura, y la madera. El olor es agradable y muy concentrado desde el principio, sobresaliendo la madera: especias, chocolates...; que le dan un tono muy goloso. Al agitar la copa aparecen los aromas a fruta roja e incluso alguna nota floral.
En boca es potente, con buena acidez equilibrada con el dulzor goloso que ya se aprecia en nariz. Vino carnoso y muy aromático que deja un gran recuerdo.
Nos ha costado 14, 30 euros que hemos pagado con gusto por lo que nos regala este Arzuaga.
¡Salud!
REPETIMOS EXPERIENCIA
Misma añada pero un año y medio después. Sigue estando muy bueno, con cierta pérdida de intensidad que se puede achacar al tiempo en botella. En todo caso es una apuesta segura.
¡Salud!
Relato de una pequeña decepción.
Al abrir la botella el corcho sale con demasiada facilidad. Nos preguntamos si ya le habrá entrado demasiado oxígeno, al tiempo que lamentamos las condiciones de la bodega (Lafuente, en Madrid) en la que hemos comprado este vino. No está climatizada y los vinos se sitúan verticalmente.
Una vez servido observamos que la capa es baja y, sobre todo, que los tonos anaranjados sobresalen. Nos tememos lo peor.
En nariz sólo destacan aromas a goma quemada. Con cierta imaginación conseguimos llegar a lo que esperábamos: aromas a fruta roja y matices florales. Alguna nota tostada de la madera se presenta de vez en cuando.
En boca mantiene algo el tipo. Al menos no es astringente.
Todo esto por casi 8 euros. En fin, habrá que resarcirse probando nuevos caldos.
¡Salud!
Os presentamos un vino extremeño que ha estado 30 meses en barrica.
De capa media y con unos bordes tirando a teja que denotan su antigüedad, en nariz resulta discreto aunque elegante. No es intenso, pero nos regala buena fruta madura y una madera que apenas se nota, con un ligero toque especiado (canela).
En boca es muy agradable. Mantiene su vigor, como apreciamos en el ataque (la entrada en boca), con una acidez que se ve compensada por el recuerdo frutal. El paso por boca es suave y el recuerdo final agradable.
Vino muy bien elaborado, dentro de una línea clásica que parece en desuso hoy en día -aunque lo clásico siempre vuelve-, y a un precio muy atractivo de unos 5 euros. Excelente relación calidad-precio.
¡Salud!
No ha mucho tiempo que probamos este vino en su añada 2002. Estaba viejito ya, pero mantenía un espíritu vivaz y nos regaló un buen rato.
