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domingo, 31 de julio de 2011

VERGNES BLANQUETTE MÉTHODE ANCESTRAL. Mauzac. Blanquette de Limoux. Francia.


Vinoencasa está teniendo un verano muy viajero y hace pocos días estuvo de visita en el Languedoc, al sureste de Francia. Como no podía ser menos, nos hemos traído unos cuantos vinos de la zona para dároslos a conocer en este blog. 
Empezamos por el más exclusivo de todos ellos, y no por el precio, sino porque se trata del primer espumoso que se inventó en el mundo. Sí, sí, antes que el champán. 
En la abadía de Saint-Hilaire, además de algunas maravillas para los amantes del arte románico como el sarcófago de San Saturnino, obra del escultor anónimo del siglo XII conocido por el sobrenombre de Maestro de Cabestany; se encuentra una bodega excavada en la roca que sirve de cimientos al antiguo monasterio, donde los monjes de Saint-Hilaire inventaron este vino espumoso en 1535. 
Como la mayoría de los inventos, este surgió por casualidad. Sólo hay que bajar a la bodega para comprobar que, en pleno mes de julio, casi se siente frío. Imaginemos lo que sería en pleno mes de octubre-noviembre de ese primer tercio del siglo XVI cuando allí debería estar realizándose la fermentación de este vino blanco. Ocurrió entonces que los monjes, pensando que ya había terminado todo el proceso, trasvasaron el vino desde el depósito donde fermentó a las cubas donde se guardaría para ir consumiéndolo a lo largo del año. Pero, claro, la fermentación aún no había acabado. Allí todavía había bastantes azúcares sin transformar en alcohol y levaduras ávidas de seguir con su trabajo. Así que, con la llegada de la primavera y la subida de las temperaturas, en esas cubas se inicia una segunda fermentación. La sorpresa del monje que fue a abrir la primera barrica allá por el mes de mayo y se encontró con que, al retirar el corcho que la tapaba, hubo una explosión de gas carbónico procedente de la cuba debió ser mayúscula. Y más cuando, al probar ese vino, tuvo la sensación  del estallido de las burbujas en la boca. Nosotros que estamos hartos de coca-colas, fantas, gaseosas, cavas y champanes no podemos imaginarnos cómo pudo ser esa primera experiencia efervescente de esos monjes.
Lo bonito de la historia viene un siglo y pico más tarde, a fines del XVII, pues a esa abadía llega un monje procedente del norte de Francia, llamado Dom Pérignon (¿os suena?). Este religioso también se sorprende al probar este vino único en el mundo, aprende el secreto de su elaboración y decide llevárselo a su monasterio de la región de Champagne. Pero aquí comienza otra historia.
Volvamos ahora a nuestro siglo XXI para contar que, evidentemente, la elaboración del blanquette ya no sigue el mismo proceso que el de los monjes de Saint-Hilaire. Ahora lo que se hace es cosechar unas uvas muy maduras, interrumpir la fermentación mediante un filtrado y embotellar ese vino blanco con sus lías para que en la botella tenga lugar una segunda fermentación que produzca esas burbujas que tanto nos gustan. Existen dos tipos de blanquette, según el tipo de uva mayoritaria. El Méthode Ancestral, que es el que traemos ahora a Vinoencasa, está hecho con un 100 % de mauzac; mientras que el Blanquette Brut lleva, además de la mauzac, un 30 % de chardonnay, incluso puede tener también chenin blanc.
Al servirlo en la copa sorprende la abundacia de espuma que produce y la rapidez con la que asciende. Es una efervescencia que nos recuerda a la de las sales que se disuelven en un vasito de agua para aliviar una difícil digestión. No dura mucho, pronto desaparece esa espuma y apenas quedan unas burbujitas ascendiendo desde el fondo de la copa y flotando en la superficie. Es de un color dorado muy bonito.
A la nariz ascienden aromas dulces de manzana madura (sidra, cava), de flores blancas (azahar) y de repostería (bollo suizo, miel).
En boca la entrada es dulce, licorosa y frutal. Las burbujas se hacen notar ya que parte de ellas estallan en el paladar y se tiene la sensación de tragar un poco de espuma. Es un vino muy goloso pues su dulzor, que no empalaga, invita a seguir bebiéndolo sin cansarse de él. Conviene consumirlo fresquito, como el vino blanco joven que es. Por su bajo contenido alcohólico - menos de un 8 % - la sensación final es la de estar tomando  un zumo. Nos ha parecido delicioso.
Nos costó 7.50 € en la vinoteca L´Atelier des Vignerons de Limoux, Francia.
¡Salud!

ABSUM COLECCIÓN MERLOT 04. Somontano. España.


Y acabamos, de momento, la serie de entradas dedicadas a la bodega Irius de Somontano con la cata de este Merlot 100 % de 2004. 
Curiosa paradoja la de este vino pues aunque se trata, por su edad, de casi un reserva, con sus doce meses de crianza en barrica nueva de roble francés, en realidad también lo podíamos considerar un vino joven, pues las cepas de donde ha salido apenas tenían cuatro añitos cuando se hizo la vendimia. Ya os contamos que en la visita a la bodega nos explicaron que, para que esa extrema juventud de las viñas no se notara en el vino, lo que hacían era despojar a la planta de casi todas las uvas hasta dejarle menos de un kilo de producción a cada una. De esa manera podían concentrar todos los azúcares y los minerales en esos pocos racimos.
En la copa viene vestido con una capa muy alta, picota, con ribete escarlata e irisaciones violáceas. En las paredes deja una lágrima abundante y densa que colorea el cristal. No se aprecian signos de evolución, por lo que esta botella aún podría haberse guardado más tiempo.
Ofrece, de principio, notas ahumadas procedentes de una madera que ya, con más de cinco años de botella, se muestra muy discreta. Nada más agitar se produce una explosión de fruta madura (ciruelas pasas) y compotas (mermelada de moras, de arándanos). Esta fruta tan dulzona predominará durante toda la cata. Está bien, porque incita a probarlo para ver si en la boca también es lo que predomina.
Al degustarlo, la entrada es potente, algo tánica. Pero, como sospechábamos, lo que más se aprecia es una golosidad frutal bastante equilibrada puesto que no empalaga. De paso untuoso y carnoso, este Absum muestra un buen equilibrio con esa madera nueva en la que se ha criado y que aparece en el postgusto en forma de especias (canela, vainilla, toffe y coco). Está muy rico.
Esto de las catas ciegas debe de ser muy difícil porque aquí tenemos un vino que procede de Barbastro (Huesca), a pocos kilómetros al sur de los Pirineos, y que, sin embargo, presenta todas las características de un vino mediterráneo.
La pega, como siempre, la dejamos para el final. Y no podía ser otra que el precio: 27,50 € en la propia bodega.
¡Salud!

sábado, 30 de julio de 2011

LA DECANTACIÓN, POR JAVIER GILA

Corrientemente, se denomina Decanter a un recipiente transparente de cristal en donde se coloca el vino antes de servirlo en la copa.
Esta es una tradición muy antigua, impuesta por los “vigneron” europeos en épocas en que los vinos no se filtraban. Así, como no se podía impedir la formación de sedimentos (posos) en las botellas, se dejaba al consumidor la tarea de separarlos, antes de servirlos. De esta manera fue creado todo un rito alrededor de los “decanter” que perdura aún en nuestros días.



En realidad, hoy, existe una gran confusión con respecto al tema de la decantación de los vinos, por lo que trataremos algunas pautas a tener en cuenta.

Para todos los seres biológicos, el oxígeno juega un rol importante para la vida. También en los vinos, se producen reacciones químicas, en las que está presente en menor o mayor medida el oxígeno, llamadas reacciones de óxidorreducción. Estas reacciones influyen en la composición y calidad del vino. Éstas, además, intervienen en el aroma de los vinos y su evolución en el tiempo. Cuando hay predominio del oxígeno como agente principal, se denomina fase oxidativa; cuando no hay presencia de oxígeno como agente principal de la reacción, se denomina fase reductiva. En la mayoría de los casos estas reacciones se consideran reversibles.

Y… ¿por qué puede resultar importante para un consumidor conocer estas fases por las que atraviesa naturalmente el mosto y el vino? Porque éste será el fundamento de nuestro conocimiento a la hora de decidir si utilizar un Decanter o no.

Para definir el uso del Decanter debemos tener en cuenta:

Los procesos oxidorreductivos que sufren los vinos.

La cantidad de sedimentos (posos) contenidos en la botella.

A)…en cuanto a los procesos oxidativos…

Desde que la uva llega a la bodega y comienza la transformación del mosto en vino, hasta llegar al envejecimiento en barricas, hay un predominio de procesos oxidativos. Por ejemplo, un vino fino, luego de ser trasegado (pasado de una vasija a otra), filtrado o transportado, aparece cansado, es decir que ha perdido su intensidad aromática, finura y afrutado. Sin embargo luego de algunas horas o días, los recuperará.

Lo mismo ocurrirá luego de un mal embotellado, en que el vino se apreciará como apagado, pues habrá sufrido una fuerte aireación, y se degustará como un vino aplastado y necesitará tiempo para recuperarse. Un vino que se encuentra más afectado por la aireación de denominará aireado, hasta llegar a un vino irrecuperable por la intensa influencia del oxígeno, y se considerará un vino oxidado. Este último proceso es difícilmente corregible y aparecen los olores a quemado o cocido y los colores pardos en los vinos blancos.

En la barrica nos encontramos con la presencia de penetración lenta y continua de oxígeno. En este caso el vino evoluciona lentamente en las condiciones oxidativas.

B)…en cuanto a los procesos reductivos…



El proceso inverso de la oxidación es el de la reducción. Esto ocurre cuando el vino es colocado en botella y el corcho produce un cierre más o menos hermético. Entonces comienza a desarrollarse el bouquet de los vinos.

Este bouquet más intenso y más agradable se desarrolla en las condiciones en las que ese potencial es más bajo. Se llama bouquet de botella porque sólo pueden aparecer en las condiciones de hermetismo casi total que asegura el tapón de corcho en la botella. Al igual que en los procesos oxidativos, en los procesos reductivos se pueden dar condiciones extremas.

Cuando las condiciones de reducción son extremas, provocan olores de derivados sulfurados y son de naturaleza sulfhídrica. Estos olores repugnantes son numerosos: como el olor de sulfuro, huevo podrido u olores a borra. En este caso, una aireación casi siempre es suficiente para hacer desaparecer estos defectos.

C)… en cuanto a los sedimentos contenidos en la botella…

En primer lugar, en la actualidad, la mayoría de los vinos han sido trabajados en bodega, de manera que no posean sedimentos.

Por otro lado, la formación de depósito es un fenómeno natural en los vinos tintos, ya que constituye una señal de envejecimiento del color. También, es normal que un vino tinto deje sedimentos tánicos a partir de los seis a ocho años en botella. Sin embargo, es inadmisible la formación de sedimento en un vino blanco o tinto joven. Si le ocurre algo así, sospeche de la calidad del mismo.

Volviendo a nuestros grandes vinos tintos, si se dejasen con los sedimentos en el momento de degustar, estos pasarían a la copa. Estas pequeñas partículas en suspensión (sedimentos) que pasan a la boca, se palpan con la lengua, modificando la estructura, disminuyendo el aroma en boca, y se perciben como sensaciones amargas y astringentes desagradables.

Existe otro inconveniente con respecto al pasaje del vino desde la botella al decanter. Algunos autores han tomado esta aireación como favorable y necesaria ya que opinan que mejora el buqué de los vinos tintos. Muchos de ellos, no dudan en decantar los vinos con muchas horas de antelación aduciendo que el vino “respira” aire y se ve favorecido en su expresión. Para otros, la aireación es realmente nociva y afecta a la intensidad y calidad del buqué.

Lo real es que, una vez realizados los estudios científicos, se ha determinado que la aireación o decantado con una o dos horas de antelación perjudica a los vinos de calidad. Este tiempo de decanter sólo beneficia a vinos defectuosos, en donde el tiempo favorece la disipación de los defectos.

Al respecto es necesario insistir en que los olores, y en particular el olor fino del buqué, formado durante el añejamiento en botellas de los grandes vinos, son verdaderamente debidos a sustancias, más exactamente a sistemas oxirreductores, que solamente tienen su perfume agradable bajo forma reducida. La formación del buqué es un proceso de reducción, es decir, privación del oxígeno.

E. Peynaud, en esa obra incomparable que es el “Gusto del Vino”, refiere que él mismo ha encontrado muy buenos viejos vinos, al borde de la decrepitud, pero muy débiles, que no soportarían una decantación trasvasándolos a una garrafa. Otros autores sostienen haber comprobado que: “los vinos excepcionales, los muy buenos vinos reserva y los vinos varietales- Cabernet Sauvignon, Zinfandel- pierden su buqué, cuerpo y personalidad, cuando son decantados un par de horas antes; el vino se “aplasta” y pierde los caracteres adquiridos por el añejamiento".

Por el contrario, los vinos que presentan ciertos defectos de nariz o ciertos gustos extraños, son mejorados por una aireación.

Existen, sin duda, vinos muy reducidos que ganan con una ligera aireación, pero que cuando en una degustación le propongan “airear” previamente el vino a degustar, puede ser para ocultar un defecto del mismo.

Sin embargo, el hacer rotar lenta y prudentemente el vino en la copa, durante la degustación, sí tiene un efecto positivo, ya que tiene por objeto ampliar la superficie del líquido para percibir con mayor amplitud sus aromas durante la olfatación.



JAVIER JAIME GILA GARCÍA

ARMONÍA DE VINOS Y PLATOS, POR JAVIER GILA





Conjuntar acidez, sabores, texturas y aromas es una de las actividades más apasionantes que lleva a cabo un Sumiller. La armonía entre vinos y platos se presenta como una auténtica aventura en la que un profesional puede aportar toda su sabiduría para ofrecer al cliente armonías clásicas, innovadoras e incluso arriesgadas. Aunque la tendencia actual es ir superando algunas normas del pasado, cada plato sigue teniendo unas pautas que hacen de su degustación un momento muy especial, donde el Sumiller adquiere un papel fundamental. Pero como dice el refrán "Sobre gustos no hay nada escrito".

APERITIVOS
Blancos secos, generosos, espumosos brut, tintos jóvenes.


MARISCOS

Sabores yodados (finos, manzanillas, blancos jóvenes secos y frescos (con cierta acidez).
- La langosta en elaboraciones sencillas o con salsas a base de mantequilla (Chardonnay fermentado en barrica).
- Las ostras van muy bien con vinos espumosos secos, sin olvidar los excelentes blancos de Galicia.
- Crustáceos, centollo (de carne dulce), casa muy bien con Riesling, Gewürztraminer, Verdejos, blancos de Alella.
- Con el pulpo (cocinado a Feira), tintos jóvenes poco tánicos y con cierta acidez.

PESCADOS
El pescado no requiere automáticamente un vino blanco.
- Para los pescados en fritura se prefieren vinos de Andalucía elaborados con la variedad palomino.
- Para el lenguado y el rodaballo en elaboraciones sencillas, recomiendo blancos frutales y aromáticos (Albariños, Sauvignon Blanc).
- Con salsas basadas en la mantequilla: Chardonnay, Verdejo, Viura, fermentados en barrica.
- Si los pescados van elaborados con limón o naranja, casan muy bien con Riesling o algún Muscat seco.
- El salmón, al ser un pescado muy graso, el bonito, atún, bacalao, casan muy bien con vinos tintos jóvenes e incluso de maceración carbónica.
- La merluza en elaboraciones sencillas, Albariños, Godellos, Verdejos, etc.
- Los salmonetes, tintos jóvenes y algún rosado corpulento de Merlot.
- Los ahumados casan muy bien con Chardonnay fermentado en barrica, al igual que un buen rosado y tinto joven.
- El pulpo es muy versátil y puede casar perfectamente con un Rias Baixas o Ribeiro y, porqué no, con un tinto joven de mencía si el pulpo fuera a feira.

ENSALADAS Y VERDURAS


En el caso de las ensaladas se debe considerar que el principal enemigo del vino es el vinagre. De igual forma las salsas picantes, los berros, espárragos, alcachofas, huevos, afectan y deforman el sabor del vino (sabores metálicos y amargos). Por lo tanto si tenemos una ensalada con las características anteriores o con una cantidad elevada de vinagre, lo mejor es optar por el agua o, porqué no, una Manzanilla o un Fino del marco de Jerez.

SOPAS Y CONSOMÉS

En este apartado debemos considerar el ingrediente que dé sabor o aromatice la sopa. En muchos casos cuando la sopa o consomé contiene un determinado vino es aconsejable acompañarlo de éste.


ARROCES Y PASTA

También van a depender de los ingredientes que guarnezcan al arroz o la pasta. Habitualmente cuando aparecen verduras, salsas de tomate y plantas aromáticas la tendencia es hacia los rosados o tintos ligeros en el caso de las pastas.
Los arroces o pastas marineros precisan de blancos ligeros aromáticos y frutales (macabeo, sauvignon blanc), tenemos un amplio abanico para escoger. Si tomamos pasta fresca al huevo y la servimos con una salsa cremosa (nata y queso parmesano) también nos decantaríamos por un blanco joven refrescante y con cierto cuerpo,
que, además, actúa limpiando grasas y engrandece estos platos (ej.: Chardonnay). En el caso de las paellas mixtas podemos jugar desde los blancos estructurados hasta los tintos de media crianza.

JAMON, EMBUTIDOS Y PATÉS

- El jamón ibérico se podrá acompañar con Fino o Manzanilla o bien con tintos de crianza poco corpóreos (Riojas).
- La mayoría de los embutidos casan bien con tintos de crianza.
- Las morcillas con sabores dulces se casan muy bien con tintos de tanino suave como el Merlot.
- Los vinos ligeros con cierta crianza de Tempranillo o Cencibel acompañan bien a los embutidos más curados (lomos, morcones, cecinas, etc.)
- Los patés de carne y caza se alían con los tintos estructurados.
- El Foie gras se adapta a los sabores de vinos licores, Sauternes, vendimias tardías y, porqué no, con nuestro maravilloso Amontillado de Andalucía Occidental. AVES
- Con el pollo y pavo cuando están asados, el estilo del vino nos lo va a marcar la guarnición. Si ésta es simple optaremos por un tinto ligero y pulido, si es más rotunda y aparecen setas y salsa de trufas o distintos rellenos nos decantaremos por un vino más estructurado y carnoso. Finalmente si el pollo se adereza con el zumo de limón y hierbas aromáticas, por ejemplo, tomillo, nos iríamos a un blanco. Un Chardonnay, por sus aromas cítricos. Escogeríamos un Chardonnay joven y no fermentado en barrica porque buscamos frescura y adecuada acidez.
- El pato necesita la presencia de blancos con cuerpo y frescos, capaces de contrarrestar el sabor graso, desde un Rueda a un Riesling.
- Con salsas agridulces, ciruelas, etc. podemos optar por los vinos rancios o algún tinto de Monastrell.
- El magret de pato con salsa de frutos rojos iría muy bien con Pinot Noir, Merlot.
- La caza de pluma, perdiz, pichón, etc. precisan de tintos no excesivamente potentes, Merlot, Tempranillo, Pinot Noir, etc.

CARNES BLANCAS

- En el caso de la ternera asada podemos ir desde vinos blancos potentes como el Chardonnay, pasando por la fermentación en barrica a tintos jóvenes ligeros o bien tintos de crianza con un tanino muy pulido.
- Las salsas a base de nata nos acercan a blancos corpóreos y secos que aporten acidez.
- Cuando van acompañados de salsas oscuras, precisan de tintos suaves pero intensos.
- Con salsas basadas en el tomate, rosados y tintos de alto grado de Garnacha o Monastrell.
- El cerdo necesita de cierta acidez, podemos optar por los Viura riojanos o el Riesling o bien tintos jóvenes como los Mencía de Galicia.

CARNES ROJAS Y CAZA DE PELO

- Con los estofados de carne van bien los tintos de Garnacha, Cariñena o Monastrell.
- En elaboraciones más simples a la parrilla o asadas, van bien los vinos más ligeros con cierta crianza.
- Cuando van acompañados con salsas de jugo de carne y setas lo ideal son los tintos de Cabernet Sauvignon.
- Estos últimos o un Tempranillo pueden acompañar el cordero asado.
- La caza mayor, el jabalí, el corzo, venado, precisan de tintos de crianza con cuerpo.
- Con el conejo y la liebre recomiendo tintos mediterráneos.

QUESOS
La pretensión de la armonía vino-queso es la de conseguir que ambos elementos combinen bien, que se logre, entre los dos un equilibrio de sabores que sean armónicos. Esta combinación normalmente, no es justa ya que existen muchísimos vinos y variadísimos quesos y no todos van bien con todo.
Al igual que existen una serie de armonías afortunadas como el caviar-vodka o el foie-gras-sauternes, el vino es el acompañamiento ideal del queso y tiene una historia de siglos. Las bases en las que se fundamenta una buena armonía de este ultimo tipo son varias. La primera armonía de la cual podemos hablar es la de la combinación regional. Esta primera regla de fidelidad básica está cimentada en el
hecho de que todo terruño de pastos tiene cerca tierras de viñas, salvo alguna excepción (La Mancha con quesos y vinos, Castilla y León con vinos de Rueda, Toro, Bierzo, Ribera del Duero, etc. con quesos castellanos, Canarias, Rioja, Galicia, Navarra, etc.
En las tierras en las que esta regla no se cumple de pasto-viñas, se suelen producir otras bebidas como la sidra en Normandía, Bretaña, Islas Británicas, Asturias, Euskadi o Cantabria. Holanda (queso Edam o Gouda con cerveza) en Noruega el Gjstost, con akuavit.
En las armonías de vino y queso depende de la materia prima con la que está elaborado el queso: si es de leche de vaca, cabra, oveja, de mezclas, de búfala, etc. También, del sistema de elaboración específico para cada tipo de leche (coagulación láctica, pasta prensada no cocida, corteza lavada, enmohecido interno). Y, además, depende de la maduración (edad) que tenga.
En el caso del vino, es preciso detallar la variedad con la que está elaborado, lo que da lugar a diferentes tipos de vino y a diversas formas de elaboración (jóvenes, vinos de guarda, vinos naturalmente dulces, vinos dulces naturales, generosos, etc.)

- Los quesos azules se asocian con tintos robustos y estructurados y no demasiados tánicos, también con los vinos de licor (Sauternes, Vendimias tardías, PX, Oportos, Banyuls, Maury, etc.)
- Los quesos de cabra, con los vinos blancos secos y afrutados.
- Los quesos de pasta blanda y corteza enmohecida se pueden acompañar desde blancos estructurados con cierta acidez a tintos jóvenes ligeros y frescos.
- Los quesos de pasta prensada, con tintos de crianza ligeros.
- Los de pasta cocida acompañan a los vinos blancos muy aromáticos y suaves o bien a tintos ligeros y poco ácidos.

LOS POSTRES
- Inicialmente se debe considerar que el azúcar del postre y el del vino estén a la misma altura.
- Otro factor a tener en cuenta es la calidez o frescura de la elaboración, bien por su elaboración (helados o semi-fríos) o por las características de los ingredientes (acidez de las frutas). En este sentido intentaremos contrastar frescura del plato con calidez del vino.
- La textura de postres en los que aparecen masas hojaldradas y crujientes precisan de no excesiva carnosidad y cierta frescura.
- Se debe pensar también en la prolongación de sabores afines entre fruta y vino (Oportos y frutas rojas; Pedro Ximénez, Olorosos con frutos secos, nueces y orejones; Moscateles y vinos de Podredumbre Noble con las macedonias, miel y naranjas; Riesling de vendimias tardías con postres elaborados con limón, mousse, sorbetes, etc.
JAVIER JAIME GILA GARCÍA



Galería de imágenes

Nos hemos permitido la libertad de maridar el artículo de Javier con imágenes de platos elaborados por nuestro querido Jesús, de la Taberna La Romana. Jesús y Pili, la sumiller, conforman una pareja maravillosa que han hecho de su pequeño local madrileño una auténtica casa de felicidad.


Los platos, por orden de aparición en este artículo, son los siguientes:


  • Tortilla líquida rellena de senderuela y huevas.

  • Arenque marinado con tomate a la brasa.

  • Canelón de calamar al pimentón relleno de estofado de ramallo de mar sobre pepitoria de gallina.

  • Patatas a la importancia en salsa verde con vieira a la plancha y sabayón de wasabi rojo.

  • Alcachofas y arenque marinado sobre sopa de tomate, nieve de parmesano y nubes de naranja.

  • Ravioli de guisante lágrima envuelto en piel de tomate sobre micropisto de espárrago blanco.

  • Ravioli de ventresca de salmón envuelto en papel de tomate sobre sopa de tomate.

  • Foie de oca sobre burrata y gelatina de rosas espolvoreado con huevas y sésamo tostado.

  • Din-shun de gallina y especias moras y lágrimas de yema sobre cebolla confitada con jengibre y lima.

  • Bombón de perdiz relleno de chocolate sobre gelatina de violetas.

  • Helado de albaricoque sobre confitura de jengibre espolvoreado con granizado de riesling y mango liofilizado.

viernes, 29 de julio de 2011

ABSUM VARIETALES 07. SELECCIÓN ESPECIAL. Tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah. Somontano. España.


Como ya anunciamos en la entrada en la que hacíamos la crónica de nuestra visita a la bodega Irius de Somontano, aquí traemos uno de los vinos que adquirimos para presentarlo en Vinoencasa. Se trata de un crianza, aunque no indique esta denominación la etiqueta. Ocurre que esta bodega tiene tres marcas distintas: Disuperi, para sus vinos más tradicionales, y en los que sí sigue la denominación de joven, crianza, reserva...; Absum, que es la línea innovadora, con distintas crianzas y coupages; e Irius, para sus "vinos de autor".
Este Absum Varietales 07 se ha elaborado fundamentalmente con uva tempranillo al 50% y con merlot al 35%. En la copa ofrece una capa alta, color picota, con ribete violáceo. Es de aroma intenso, con predominio de frutos rojos (frambuesa, cereza, ciruela). Estas notas frutales se irán haciendo más dulces con el tiempo, según se oxigena el vino y gana algún grado más de temperatura, hacia los tonos lácteos (yogur de frambuesa) y acompotados (mermelada de mora). De fondo se aprecia algo de mineralidad desde el principio (polvo del camino). Los aromas tostados aparecen también con un poquito de tiempo - es un vino en el que domina mucho la fruta y hay que tener paciencia para que salgan los demás olores - y, así, se descubre el toffe, la vainilla y el cedro (lápiz).
En boca se agradece mucho la suavidad de los taninos, aunque aún muestra un poquito de astringencia que, seguro, desaparecerá con unos meses más de botella. El paso es untuoso. Tiene mucha fruta, una excelente acidez y deja un buen y persistente recuerdo.
La visita incluía el paseo por las instalaciones, la explicación de la elaboración de los vinos y del funcionamiento de la bodega y, para terminar, menú especial en el restaurante, maridado con uno de sus vinos. Todo por 38 €. En Vinoencasa no nos ocupamos de la gastronomía, y no porque no nos interese - nada de eso - sino por aquello de no dispersarnos. Pero aquí sí queremos destacar un pecadillo del chef. Y es que en un menú donde se trata de destacar las cualidades del vino - es el restaurante de la bodega, no lo olvidemos - se ofrece como aperitivo un tazón de gazpacho, con ese puntito de vinagre que siempre lleva. ¿Vinagre y vino? ¿Pero no son enemigos mortales? 
En fin, que volviendo al Absum Varietales que estamos comentando, concluimos que se trata de un buen producto, como no podía ser menos dado los modernísimos recursos con los que ha sido elaborado. Es como si al Barça no se le exigiera, por lo menos, clasificarse para la Champions.
Nos costó 12,50 € en la propia bodega.
¡Salud!

jueves, 28 de julio de 2011

SCHIOPETTO 2008. Sauvignon. Collio. Italia




Desde el noreste de Italia, en torno a Friuli, nos llega este vino de precioso color dorado, con matices verdosos y muy brillante.



¿A qué nos huele? Pues a piña (sobre todo). Pero también nos vienen recuerdos florales, como esas flores de jardín de verano mediterráneo, de perfume denso y persistente (perdón por el tono poético), y hasta hemos detectado toques de mantequilla. En esto no coincidimos con lo que señala la página web de la bodega que habla de "hojas de tomate y salvia" (a tanto no llegamos). Cuando lo probamos nos sorprende favorablemente. Tiene mucho cuerpo. Excelente acidez y un tacto untuoso que invade la boca. El paladar se complace con este vino que deja un largo recuerdo. Tiene un punto goloso, sin empalagar, que le hace muy apetecible.

Un vino de los que no fallan, que nos costó casi 20 euros (precio ya a tener en cuenta si lo comparamos con otros vinos -por ejemplo el José Pariente que acabamos de comentar-) en la Vinoteca Tierra, de Madrid.

¡Salud!

BODEGAS IRIUS. Somontano. España.


Vinoencasa ha visitado recientemente la región de Somontano, la denominación de origen española más joven. Fuimos a visitar una de las bodegas más modernas de España y posiblemente del mundo. Y no exageramos. Se trata de la bodega Irius, situada en Barbastro, Huesca. 
No solo nos impresionó la espectacularidad de la arquitectura, pues eso ya lo ofrecen otras bodegas - la de Frank Gehry de Marqués de Riscal, o la de Santiago Calatrava de Ysios, ambas en Rioja - sino el empleo de la más alta tecnología. 
Marqués de Riscal
Lo que vimos en el audiovisual de bienvenida, lo que nos contó la guía que nos acompañó en la visita y lo que pudimos apreciar in situ nos hizo pensar en una bodega imaginada por un autor de ciencia ficción.
Ysios
Todo, desde la plantación del viñedo, el seguimiento de la maduración de la uva, la vendimia, la elaboración del vino, su crianza y el embotellado final está tecnificado. Apenas actúa la mano del hombre pues de casi todas estas labores se ocupan las máquinas y los robots. 
La bodega Irius es de acero, cristal y hormigón. Su forma quiere semejar una montaña, como si formara parte de la cercana Sierra de Guara que se alza a su espalda. El nombre se debe a que ha habido también quien le ha visto al edificio un parecido con las alas desplegadas de una mariposa que se llama así.                            
mariposa Irius
Se inauguró en 2008, pero la mayoría de las más de 300 hs. de viñedos propios - una de las extensiones mayores de Somontano - las comenzaron a plantar en 2000. Su primera vendimia fue la de 2003 y el vino que traeremos a Vinoencasa en una próxima entrada es de 2004. ¿Y se nota esta juventud en el vino? De ninguna manera, pues la política de esta bodega es la de reducir al máximo la producción de cada cepa para que, así, concentre todos los azúcares y los escasos minerales que puede extraer una planta tan joven en esos poquísimos frutos. ¿Interesante, verdad? Pero ahora surge otra pregunta ya que si se recoge tan poca uva de cada cepa, ¿cómo es posible que resulte rentable a menos que se cobre el producto final a unos precios desorbitados? Pues aquí está otra de las innovaciones de Irius. Lo que han inventado es un nuevo sistema de plantación en espalderas mucho más alto de lo normal - de 2 metros - para que, creciendo la vid a lo alto, sea posible plantar más cepas por hectárea. De ese modo, aunque se reduzca la producción por cepa, al haber muchas más plantas por hectárea, se compensa la pérdida y se puede vender la botella a un precio razonable.
Otra innovación que han introducido consiste en que el alambre por el que se guían los sarmientos tiene forma de espiral. Esto tiene dos ventajas fundamentales: una, que facilita el enganche de los zarcillos y el buen guiado de la cepa; y otra, que tiene que ver con la vendimia. Pero esto merece un apartado especial.
Bodega Irius
En esta bodega de la era espacial ya no se decide el momento de la vendimia probando los granos para determinar si están en su momento óptimo de madurez. No, aquí se realizan fotografías de infrarrojos vía satélite - y aquí debería sonar la célebre banda sonora de 2001: Odisea en el espacio, de Kubrick - que señalan las zonas específicas del viñedo en donde ya se puede vendimiar. Entonces se espera a una hora avanzada de la noche en que las uvas están frescas y no puede haber fermentaciones espontáneas indeseables que resten calidad al vino, para que entren en acción unas cosechadoras que pasan por encima de cada línea de espaldera. Estas enormes máquinas sacuden los cables, que por su forma en espiral transmiten mejor las vibraciones a los sarmientos, para que se desprendan los granos y se quede en la cepa el escobajo. La cosechadora va mandando todo el volumen de uva recogido a un remolque isotermo. Allí se le añade nieve carbónica - ahí va el enlace a la wikipedia para quien tenga curiosidad - y el contenedor se cierra herméticamente hasta su llegada a la bodega, donde la uva pasa por cintas transportadoras para que unos cuantos operarios retiren las pocas hojas que hayan podido venir y los granos defectuosos o inmaduros.
El proceso de fermentación alcohólica se realiza en grandes tinos de madera y la maloláctica en depósitos de acero inoxidable situados justo debajo de los tinos. El objetivo es que el vino siempre circule a través de la bodega por la acción de la gravedad y no utilizar ningún tipo de bomba para no estresarlo. Por eso, en los tintos, para realizar los remontados se usa un puente grúa que guía un depósito (en la bodega lo llaman el OVI: Objeto Volador Identificado) que recoge el mosto en fermentación en el desagüe del tino y, cuando está lleno, lo sube hasta la boca donde lo vuelca para romper el sombrero.
Cuando, por fin, el vino está elaborado, a los tintos les esperan unos meses de crianza en barrica. Aquí se usa un 90% de roble francés y un 10% de americano. Las barricas siempre son nuevas y no se utilizan más allá de cuatro años. Todos los toneles se trasiegan cuatro veces al año y para hacer esto entra en acción otra de las maravilllas tecnológicas de esta bodega. Las barricas no están apiladas en distintos pisos, como suele ser habitual, sino que están montadas en una única hilera sobre unos elementos sustentantes, dejando entre cada línea una ancha calle. Por aquí circula un robot que, guiado a través de láser, es el que se encarga de recoger cada barrica, llevarla al lugar donde se realiza el trasiego y luego volverla a colocar en el mismo sitio de donde ha partido. Y, por supuesto, la operación de trasiego, lavado e higienizado de la barrica anterior también la realizan sofisticadas máquinas. 
Cuando la amable guía que nos ha llevado por todas las instalaciones - a esta hora, ya sabemos que no es un ser humano: es un androide -, para describirnos el proceso de embotellado, nos explica que la empresa ha adquirido una máquina que es capaz de lavar, llenar, inyectar gas inerte, encorchar y encapsular no sé cuántos miles de botellas a la hora, pues uno ya está un poco mareado, la verdad, con tantísimo dato y está deseando volver a montarse en la nave que nos regrese a nuestro querido planeta Tierra.
La visita incluía una cata de tres vinos, dos blancos y un tinto. Vinoencasa se ha traído algunos de ellos para presentároslos en próximas entradas. 
¡Salud!

martes, 26 de julio de 2011

LA PARADOJA FRANCESA, POR JAVIER GILA

Contamos con una nueva aportación del prestigioso sumiller y consultor vinícola Javier Gila, que nos ha hecho llegar unos apuntes sobre los beneficios del vino. Se ejemplifican con el caso francés -el país de la mantequilla, la nata y el foie- que cuenta con una población cuya salud cardiovascular parece ser excelente. El vino tiene mucho que ver en esa paradoja. Esperamos que sea de vuestro agrado.
¡Salud!


LA PARADOJA FRANCESA

Beber -moderadamente- vino tinto reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según han constatado muchos estudios epidemiológicos. Pero investigadores franceses han aportado recientemente la primera explicación del mecanismo molecular de esta protección proveniente de los polifenoles del vino. El equipo de investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM-Universidad de Angers) ha descubierto el mecanismo molecular por el que los polifenoles del vino tinto llevan a las células de las paredes arteriales a producir óxido nítrico (NO), un vasodilatador, según el trabajo publicado en la revista científica estadounidense 'PLoS ONE'.
Diversos estudios, incluidos los del equipo de Angers, habían descubierto ya que los polifenoles del vino eran responsables de un efecto vasodilatador a través de la producción de monóxido de carbono por las células "endoteliales" que recubren la pared interna de los vasos sanguíneos. Quedaba por descubrir la manera de desencadenar la producción de óxido nítrico.

El mecanismo ahora explicado pasa a través de uno de los receptores de las hormonas de estrógeno de las células de la pared vascular, el subtipo alfa, que une las moléculas de polifenoles. Bajo el efecto de los estrógenos, las mujeres tienen un menor riesgo cardíaco antes de la menopausia, y estos efectos beneficiosos de los estrógenos pasan por este tipo de receptor, ha dicho a la AFP uno de los autores, Matthieu Chalopin. De ahí la idea, según explica, de explorarlo en los ratones.

Ramaroson Andriantsitohaina y su equipo partieron, pues, del supuesto de que un polifenol, la delfinidina, activador del receptor, bastaría para desencadenar la producción de óxido nítrico en las células endoteliales y rebajar así la presión arterial.

En efecto, los polifenoles del vino tinto producen una disminución en la presión sanguínea en ratones con el receptor ERalpha, pero no inducen a ninguna "relajación vascular" en los ratones que no lo tienen. Ello prueba que los beneficios para la flexibilidad de las arterias de los polifenoles requieren la presencia de ese receptor de estrógeno.

Para completar la demostración, los investigadores también demuestran que un medicamento contra el cáncer (el Fulvestrant), un inhibidor de este receptor, bloquea cualquier producción de óxido nítrico por las células vasculares, lo que dificulta la capacidad de las arterias de dilatarse.

Este descubrimiento, además de la explicación científica de 'la paradoja francesa' (hay menos infartos en el suroeste de Francia, cuya dieta incluye bastantes grasas, a través del 'foie-gras' y el confit de pato, y el vino) abre nuevas vías sobre "el potencial terapéutico de los polifenoles contra las enfermedades cardiovasculares", según los investigadores.

Javier Gila

JOSÉ PARIENTE 2010. Verdejo. Rueda. España.



Hace menos de un año probamos el 2009. Nos gustó mucho. Repetimos con este verdejo de viñas veteranas que se muestra con un bonito color dorado y matices verdosos.



En nariz nos regala intensidad de frutas tropicales. Que cada cual imagine la que más le guste. Caben desde el melocotón, pasando por la paraguaya, hasta la lima. No está mal para tratarse de un vino nacido en la austera meseta castellana.

En boca resulta delicioso, con perfecta combinación entre el dulzor y la acidez. El paso es untuoso, pleno. Uno de esos vinos que invitan a seguir.
Su precio, además, es excelente, ya que se puede conseguir por menos de 10 euros.
¡Salud!

lunes, 25 de julio de 2011

FINCA L`ARGATÁ 2008. Garnacha, syrah y cabernet sauvignon. Montsant. España.

Después de varios vinos franceses e italianos volvemos con los españoles, concretamente con uno de esos llamados mediterráneos, con mucha fruta, goloso y potente.
En Montsant, la bodega Joan d`Anguera elabora este tinto de capa muy alta, casi azabache, procedente de una finca montañosa, L`Argatá.
En nariz nos da mucha fruta, mucha confitura (mora, frambuesa), incluso algo de caramelo de violeta y un puntito de regaliz. Los catorce meses de barrica no se aprecian, cosa que agradecemos.
En boca apreciamos muy pronto ese carácter mediterráneo al que aludíamos al principio. La entrada es golosa e invita a continuar. Es un vino con peso de fruta en la boca, aromático, donde acidez, tanicidad y alcohol (mucho, pero no se nota), están en perfecto equilibrio. Resulta, cosa que nos sorprende dados esos factores, amable, con tacto sedoso. La madera está perfectamente integrada.
Un vino que se disfruta mucho (con su puntito de frescor) y que cuenta con un precio excelente, unos 15 euros en la Vinoteca Tierra, de Madrid.
¡Salud!

domingo, 24 de julio de 2011

LES LONGEROIES 2008. Pinot Noir. Borgoña. Francia.



Volvemos a Borgoña para adentrarnos en su corazón, en la Cote d`Or; donde un microcosmos de parcelas como la que nos ocupa hoy, Les Longeroies, ha hecho de este espacio una de las regiones vinícolas más prestigiosas del mundo.



Centrándonos en este vino, elaborado por Bruno Clair, se muestra con capa baja y un ribete fucsia que denota su juventud.




Nada más olerlo reconocemos a la Pinot noir. Hay una delicada y deliciosa fruta roja (fresa) que no esconde su complejidad. Hay notas florales, balsámicas y, englobando el conjunto, una mineralidad que notamos en los recuerdos de tiza. La crianza en madera apenas se percibe, deja todo el protagonismo a la uva y a su suelo.





Al probarlo apreciamos de nuevo su juventud. Una acidez muy destacada nos sugiere que este vino tiene una larga vida por delante. A partir de ahí todo es placer. Un vino sedoso, elegante, aromático. Todo está en su sitio. Nada sobra. Nada falta.


La parcela de la que surge tiene poco más de una hectárea. Dice la página web de la bodega, que de ahí nacen vinos menos tánicos que los de las parcelas vecinas. Y lo cierto es que nos ha sorprendido esa suavidad que nos ha llevado a preguntarnos cómo se elabora, ya que la crianza en barrica la suponíamos. Por cierto, el porcentaje de barrica nueva es significativamente más reducido que, por ejemplo, la mayoría de vinos españoles que vamos conociendo. Y nos gusta más esa fórmula, por cuanto que no enmascara la esencia del vino. Su precio, poquito más de 30 euros en la Vinoteca Tierra, no es apto para todos los bolsillos; pero es todo un regalo para los sentidos. Un vino que sirve de perfecta introducción al mundo de los borgoñas, que hace gala de la sencilla complejidad de los grandes vinos.


¡Salud!

domingo, 17 de julio de 2011

MAYBRI 2008. Monastrell. Bullas. España.



Tras el Aldabones, pasamos a probar este vino, de nombre Maybri, surgido también de la iniciativa de Jesús Olivares, a quien conocimos en la cata sobre vinos biodinámicos que reseñamos en mayo.

Se elabora apartir de viñas octogenarias situadas a más de 1.300 metros. La altura provoca, entre otras cosas, que haya menos oxígeno y que la maduración de la uva sea distinta.

Es de capa alta y color picota. En nariz nos ofrece fruta muy madura, con apuntes de cereza en licor y hasta de pasas. A estos se unen notas especiadas.

En boca resulta potente, con carga tánica y alcohólica; aunque el paladar se acostumbra enseguida y el vino va discurriendo por caminos muy placenteros, dejando un recuerdo final muy bueno.
Nos costó 15,30 euros en la bodega Santa Cecilia, de Madrid.
¡Salud!

sábado, 16 de julio de 2011

FOSSA MALA 2009. Pinot grigio. Friuli. Italia




Seguimos recorriendo Italia de la mano de nuestro amigo Carlos, para irnos hasta el extremo nororiental de Italia, a Friuli. Desde allí nos llega este vino de color oro viejo que, en nariz nos ofrece una estupenda combinación de notas herbáceas y florales. Sin querer se nos vienen a la memoria recuerdos de paisajes norteños, de prados con la hierba recién cortada y flores silvestres de muchos colores decorando el verdor del tapiz vegetal.


Lo probamos y nos confirma la buena impresión que nos hemos llevado anteriormente. Hay muy buena combinación entre acidez y dulzor. Además, el paso por boca es untuoso. Es de esos vinos que se beben sin que te des cuenta, muy placentero.Tiene un precio muy interesante, algo menos de 15 euros en la Vinoteca Tierra, de Madrid.

¡Salud!

viernes, 15 de julio de 2011

TEMPERATURAS DE SERVICIO DEL VINO, POR JAVIER GILA

Vinoencasa tiene la suerte de contar con la aportación de un auténtico maestro: Javier Gila, experto sumiller y actualmente consultor de Lavinia. Además es una de esas personas que transmite cariño y pasión por lo que hace y desde aquí se lo agradecemos.
Por ello hemos creado la sección: EL RINCÓN DEL SUMILLER. La inauguramos con un artículo de Javier sobre la temperatura del vino.

En pleno verano creemos que no está mal tratar un tema simple pero que, a nuestro juicio, resulta fundamental a la hora de disfrutar de un vino. Por desgracia nuestra experiencia nos dice que en España todavía es mayoritaria la idea de que el vino se bebe a "temperatura ambiente": ¿la de Sevilla en julio? ¿la de Soria en enero?

https://docs.google.com/present/edit?id=0AYoKto678jI8ZGRwejNwY2NfMWdjN3EyOWQ2&hl=en_US

Deseamos que ayude a resolver algunas dudas.

NOTA: se trata de una presentación en power point. Para los que no sean expertos en esto de las nuevas tecnologías, que no se asusten. Tras pulsar en el enlace (lo subrayado) que hemos puesto más arriba, la presentación se ve muy bien tecleando en "View" y después en "Start presentation". Luego se pulsa en las flechas que marcan el paso a cada diapositiva.
¡Salud!

ALDABONES 2007. Merlot (90%) y bobal. Utiel-Requena. España.

Volvemos a los vinos españoles, que teníamos algo olvidados, para probar uno que ya tuvimos el gusto de conocer con ocasión de la cata de los vinos de Pedro Olivares (reseñada en nuestro blog en el mes de mayo). Un vino que nace de un concepto de agricultura ecológica en el que se integran otros elementos, como las técnicas de vinificación o la selección de las maderas. Recordamos que Pedro habló de "vinos multidinámicos".


Pues bien, este Aldabones (de uvas procedentes de una finca homónima) que se muestra con una capa alta y un color picota, resulta complejo en nariz. Hay fruta roja (ahí está la merlot), pero también notas minerales y balsámicas ( de una madera no tostada).

Al probarlo advertimos que estamos ante un vino potente, con carga alcohólica generosa, aunque nos acomodamos rápidamente a lo que nos propone. Hay dulzor en la entrada y acidez que la compensa. La bobal le pone músculo a este vino en el que la fruta está muy presente; pesa en la lengua, y sus aromas vuelven por vía retronasal. Deja un recuerdo largo y muy agradable.

Una buena experiencia para este vino que nace en viñedos altísimos y donde se nota su cuidada elaboración.
Nos costó 15, 25 euros en la bodega Santa Cecilia, de Madrid.
¡Salud!

jueves, 14 de julio de 2011

GIACOMO GRIMALDI PISTÍN 2002. Barbera. Barbera d´Alba. Italia.



No es el primer vino italiano del Piamonte que presentamos en Vinoencasa. Ya habíamos catado antes el Vajra Nebbiolo 2008 y el Suculé 2006.


Sorprende, al servirlo, la oscuridad de la capa de este vino, de color picota madura, y sus aromas de frutas negras maduras (mermelada de arándanos, ciruelas pasas). Poco a poco aparecen las notas de la madera (vainilla, cedro, café, regaliz), pero muy discretas pues la potencia de la fruta casi lo cubre todo.


En boca presenta unos taninos muy suaves que dan todo el protagonismo a la golosidad de la fruta, aunque de manera elegante, con un equilibrio que no empalaga. El paso es muy aromático y largo. Deja un recuerdo frutal muy persistente junto con notas de café. Es un vino de esos que se llaman "redondos", equilibrados y con mucha estructura. Se disfruta tanto, que su generoso 14% de alcohol apenas se percibe. ¡Qué rico!

Este Pistín se bebe solo, es de los que uno prueba antes de comer y, cuando te das cuenta, aún no has empezado la comida y la botella ya se ha terminado. No importa si tienes otra a mano para abrir, pero ese no fue nuestro caso. ¡Qué pena! En este caso sentimos no poder decir cuánto nos ha costado porque nos lo han regalado. Muchas gracias, Carlos.
¡Salud!

FINCAS DE GANUZA RESERVA 2004. Tempranillo, graciano y viura. Rioja. España.


Leímos recientemente un interesante y extenso reportaje sobre Fernando Remírez de Ganuza (Planetavino, nº37, pp. 26-30) que nos presentaba a este bodeguero riojano de origen navarro como un personaje fundamental en la renovación y en la innovación de la industria del vino en La Rioja. Y a Vinoencasa nos ha entrado curiosidad por ver cómo son sus vinos y también, aunque eso parece más difícil, por conocerle personalmente y que nos pudiera hablar él en persona de sus propios vinos.
Este Fincas de Ganuza aparece en la copa muy bien vestido, con una capa muy alta y un ribete escarlata aún vivo que nos indica que aún podrá permanecer varios años más en botella sin problemas.

En nariz dominan al principio las notas tostadas de la barrica nueva en la que ha envejecido. Después, tras agitar sin prisa y disfrutando de ver cómo evoluciona el vino en pocos minutos -es algo que siempre nos fascina, que estamos ante un organismo vivo que respira, se despereza y despierta tras años de dormir en la botella- aparecen aromas de frutas negras (arándanos) y buena fruta madura (ciruela pasa). Poco a poco van apareciendo las especias.
En boca la entrada es potente. La tanicidad de la madera provoca un poco de astringencia en un primer momento, pero al segundo o tercer trago, cuando ya se ha hecho el paladar, se nota el dulzor de la fruta y una sutil acidez que compensa la potencia de los taninos. 
Lo compramos en la gastroteca Aramburu de Llanes (Asturias) por unos 20 €.
¡Salud!

miércoles, 13 de julio de 2011

BAIGORRI GARNACHA 2008 SELECCIÓN VIÑAS VIEJAS. Garnacha. Rioja. España.


Este es el segundo vino, tras el Baigorri de Garage 2006, de esta bodega enclavada en la Rioja Alavesa que presentamos en Vinoencasa. Después de un tiempo recorriendo vinos italianos y franceses nos gusta regresar a casa. Confesamos que, a veces, pensamos en qué sentido tiene comentar vinos extranjeros cuando tantos y tan buenos en España aún nos quedan por descubrir. Pero, al igual que ocurre con los libros, uno no va a los vinos sino que  son ellos los que van viniendo a nosotros. Así, ahora, nos sale al camino este Rioja elaborado con uva garnacha procedente de viñedos muy viejos que procedemos a comentar.
Aparece ante nosotros con una capa alta y bonito ribete morado-remolacha. Llama la atención su potente lágrima, que tinta la copa.
Nada más servirlo se aprecia la tonelería nueva de roble francés. Sobre todo el tostado (torrefacto) y las notas especiadas. Bueno, con un poco de paciencia y tras agitarlo un rato surge la fruta, una buena fruta negra madura que ya se va a quedar como fondo durante todo el tiempo que le dedicamos a esta cata. También hay una mineralidad (polvo del camino) muy presente, como no podía ser menos en un vino de viñas viejas.
 En boca tiene una entrada potente, con taninos que dejan sentir su presencia, pero no de manera desagradable. Se aprecia el dulzor de la fruta y su acidez. En el postgusto queda un cierto amargor final. 
Pensamos que es un vino donde se ha conseguido un buen equilibrio entre la madera y la fruta. Lo mejor de él es que según lo hemos ido bebiendo, después del potente ataque del primer trago, nos ha ido gustando más y más. 
Pues sí señor, en Vinoencasa seguiremos probando vinos de esta modernísima bodega. Este Garnacha 2008 lo compramos allí y nos costó algo menos de 20 €.
¡Salud!

CUVÉE LA PART DES ANGES 2008. Chardonnay. Borgoña. Francia.


Los bodegueros Corinne y Jean-Pierre Grossot elaboran este blanco de chardonnay en la región borgoñona de Chablis. Cuando lo adquirimos nos contaron la anécdota que explica el nombre tan bonito que tiene. Resulta que en Borgoña a la merma del vino que cada año se da en las barricas como resultado de la evaporación, los bodegueros la llaman "la part des anges", la parte que se han bebido los ángeles. Bueno, pues vamos a ver qué tal está este vino tan angelical.




Es de color dorado pálido, con reflejos verdosos que denotan que aún es joven.

Domina en la copa un tono punzante de olores herbáceos complejos que tardamos en diferenciar (hinojo, manzanilla, hoja de higuera, pis de gato). Muestra complejidad, ya que también apreciamos notas frutales variadas (manzana, melocotón) y según vamos agitándolo y oxigenando aparecen notas dulces de miel, canela y azúcar tostada. Por último, surgen los aromas de las lías.




En boca es muy fresco, con una acidez notable. Es un 2008: a este vino aún le quedan bastantes años en botella. Tiene un tacto graso y un paso untuoso. Hemos necesitado un par de tragos para que el paladar se haga a la acidez. Después, se disfruta mucho ese paso tan agradable y aromático. El recuerdo que deja es larguísimo y elegante.

Este Cuvée La Part des Anges nos ha costado poco más de 20 € en la vinoteca Tierra, de Madrid.

¡Salud!