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sábado, 13 de agosto de 2011

CHATEAU BAS 2010. Provenza. Francia.



Este rosado francés se presenta con un inusual color "ojo de perdiz", muy distinto a lo que estamos acostumbrados a ver por España.

Cuando lo olemos nos aparecen recuerdos suaves de fresa, pero dándole tiempo y atemperándose apreciamos unos toques distintivos como de hojarasca (con perdón, como cuando uno va por un parque en otoño y hay muchas hojas acumuladas en el suelo, que dan notas dulzonas).

En boca tiene una entrada golosa, muy bien compensada por una excelente acidez, que le hace muy largo. Además cuenta con un tacto untuoso que le da amplitud.

Muy buen rosado a un precio excelente: nos costó 8,10 en Lavinia.

¡Salud!


VALDAMOR 2010. Albariño. Rías Baixas. España.


Como aperitivo a una estancia más prolongada en la D.O. Rías Baixas, Vinoencasa ha hecho una primera visita a una de las bodegas de la comarca pontevedresa de Salnés. Se trata de Valdamor, enclavada en el municipio de Meaño. Esta bodega fue fundada en 1990 por un empresario propietario de dos restaurantes en Madrid: Combarro y Sansenxo. Presenta unas modernas instalaciones y en la entrada hace gala de las numerosas distinciones en concursos nacionales e internacionales que han merecido sus vinos. 
La casualidad puso en nuestras manos un ejemplar del periódico El Mundo del viernes 12 de Agosto donde, en sus páginas centrales, en el cuadernillo de La Luna de Metrópolis, aparecía este vino en la cata del mes. Y lo hacía con la mejor puntuación de todos los albariños de esa cata. Así que nos pusimos en contacto con la bodega para solicitar una visita y allí que nos fuimos. 
La guía que nos atendió nos explicó la historia de la bodega y el proceso de elaboración de los tres vinos que producen: el joven, el criado sobre lías en depósito de acero inoxidable y el criado en barrica. Hoy traemos a Vinoencasa el primero de ellos, que es el que aparecía en El Mundo.
En la copa aparece con un bonito color amarillo verdoso con irisaciones plateadas. Hay algo de materia en suspensión y, diríamos, que también algunas burbujitas de carbónico -que, luego, no se notan en la boca-.
Huele a flores y a fruta: melocotón y piña, jazmín y azahar. Algo más tarde, cuando ha cogido algún grado más de temperatura, el melocotón se convierte en melocotón en almíbar y aparecen notas cítricas (lima).
En boca se nota una gran acidez -es un vino fresquísimo- que se equilibra con el dulzor de la fruta. Tiene un paso aromático y algo untuoso y deja un muy buen regusto.
Sí señor, este Valdamor es un buen albariño y su precio -en la bodega- está ajustado. Nos costó menos de 10 €.
¡Salud!

viernes, 12 de agosto de 2011

VETONÉ 2007. Tempranillo, cabernet sauvignon y syrah. Ávila. España.


Después de haber reseñado (en una entrada reciente) la visita a los viñedos de Bodegas y Viñedos Valhondo, S.L., situados en la comarca abulense de La Moraña, probamos su primer vino.



Este Vetoné 2007 se presenta con una capa media y un color cereza que denota ya cierta evolución en su ribete.

En nariz encontramos fruta roja, notas especiadas (advertimos sobre todo el toque de pimienta que da la cabernet) y, con el tiempo, una madera tostada que aporta toques de café.

En boca resulta agradable. Tiene una entrada golosa que da paso a un conjunto que busca el equilibrio. Los taninos (doce meses de barrica francesa y americana) se perciben pero están suavizados; acidez y alcohol en su grado justo. Sus autores han querido ir por la línea de la elegancia más que por la de la potencia.



Para ser el primer vino de este proyecto se trata de un vino muy respetable. Hay que esperar un poquito y probar el 2008, que se ha elaborado ya a partir de los propios viñedos de los socios de la bodega, para ver si se confirman las expectativas.


En cuanto al precio, nos costó 10 euros en una pequeña tienda de alimentación de Madrid, situada en la calle Luis Mitjans.

¡Salud!

miércoles, 10 de agosto de 2011

LA BROIA 2007. Garganega. Soave. Italia.



Cerca de Verona, la bodega Roccolo Grassi produce este vino blanco a partir de una uva que no conocíamos hasta ahora: la garganega.




De color dorado intenso, con matices verdosos. Descubrimos con sorpresa algunas burbujitas en el fondo de la copa.


Al olerlo nos encontramos con un vino complejo, de los que te ponen a prueba. Hay intensas notas herbáceas y florales. Recuerdos anisados, hierbas de tocador, como de agua de colonia. Pensamos que este vino ha fermentado sobre sus lías (efectivamente, en la página web de la bodega se indican diez meses).



Advertimos también notas minerales y hasta de fruto seco. La madera que lo ha contenido se aprecia sutilmente, sin entorpecer el despliegue aromático anterior.





En boca nos sorprende gratamente su acidez, que será determinante para hacer de este Roccolo Grassi un vino larguísimo. Sin embargo encontramos un paso untuoso muy placentero. Un vino con cuerpo y carácter. Muy bien hecho.


Su precio es muy atractivo. Nos costó unos 15 euros en la Vinoteca Tierra, de Madrid.


¡Salud!

martes, 9 de agosto de 2011

EL CAIRE 2006. Monastrell, cabernet sauvignon y garnacha tintorera. Alicante. España.



Viene desde Alicante. ¿Vino mediterráneo? Comprobémoslo. Se presenta con un color picota oscuro, de capa alta, y con un ribete remolacha adornándolo.

En nariz apreciamos pronto fruta muy madura. La monastrell parece imponerse, pero pronto advertimos notas a pimienta propias de la cabernet. La madera (14 meses de roble francés), aparece envolviéndolas, con notas de café con leche. Fruta y madera parece que se llevan bien.

Por ahora se van cumpliendo las expectativas. Lo probamos y...; también. Vino cálido, con el punto goloso de la fruta madura que se impone. Taninos presentes pero bien integrados con la carga frutal.Vino bien elaborado, de los que invitan a seguir una vez que el paladar se ha aclimatado, y que debe consumirse, a nuestro juicio, con un punto de frescor para equilibrar su carga alcohólica.

Nos costó 13,40 euros en Lavinia.

¡Salud!

domingo, 7 de agosto de 2011

VETONÉ. BODEGAS Y VIÑEDOS VALHONDO. ÁVILA.

Podríamos titular esta entrada algo así como: romanticismo en tiempos de crisis. Y es que ¿quién le iba a decir a Teo Martín Legido que iba a iniciar un proyecto vitivinícola en la peor crisis económica de las últimas décadas?









Hace unos días conocimos por casualidad a Teo en Lavinia. Nos contó que tenía un vino, el Vetoné 2007 y que estaban empezando su andadura. Lo probamos ( pronto lo traeremos a este blog)y decidimos visitar el viñedo para saber de primera mano cómo les va en estos años tan difíciles.



Dicho y hecho. Nos desplazamos a la provincia de Ávila, en las cercanías de Madrigal de las Altas Torres, concretamente a Castellanos de Zapardiel, comarca de La Moraña, que no queda lejos de Rueda ni de Toro.



Meseta castellana fría y dura; paisaje de cielo infinito y suelo pobre. Hábitat de aves rapaces, perdices y avutardas. Terrenos en los que, sin embargo, una especialista en sobrevivir en las peores condiciones como la vid, encuentra acomodo. De hecho, los romanos en sus villas ya plantaban viñedos. La práctica se mantuvo durante siglos hasta que la plaga de la filoxera provocó una drástica reducción de los mismos. El siglo XX vió la extensión del cereal y la emigración a las ciudades de su población. Quedaron algunos majuelos para que los lugareños, como el padre de Teo (anciano de manos erosionadas por el trabajo en el campo, pero mirada limpia y ánimo jovial), hicieran su vino de consumo cotidiano (a la antigua).



El amor a su tierra y a la cultura del vino llevaron a Teo a buscarse socios para iniciar un proyecto de calidad. El fruto es Bodegas y Viñedos Valhondo S. L. Los otros socios son Macario González y José Vegas. Cada uno tiene viñedos propios y comparten ese proyecto. Macario aporta mucho conocimiento. Vinculado familiarmente a los Yllera, trabaja para Belondrade, en Rueda; de hecho su padre fue el que puso las bases, nos cuenta Teo, para que naciera esa Denominación. Su mujer, Elena, es enóloga, y ayuda desinteresadamente con su ciencia.

Y ahí comenzó todo. Han sido cinco años de mucho trabajo en las siete hectáreas de terreno arenoso plagado de cantos. Así, se han plantado cepas: garnacha, tempranillo, pinot noir, petit verdot, syrah...; cuyas uvas están a punto de dar sus frutos cuando salga al mercado, durante este otoño, el vino de 2008. El primero, y único comercializado -el Vetoné 2007- procede de uvas de otros viticultores. El 2010 (no hay 2009) está en las barricas.
Pero un vino es mucho más que eso. ¿Y la bodega? Pues es cara, así que alquilan una en Rueda. Pero además hay que preocuparse por múltiples detalles como las barricas, los corchos de calidad o las etiquetas (que, algo que no habíamos visto nunca, cuentan con escritura en braille). Todo cuesta dinero, hay que pedirselo a los bancos cuando no llega la aportación de cada socio. Y todo eso en plena crisis.

Y, por si fuera poco, hay que comercializar el Vetoné 2007. En un país donde se bebe cada vez menos no resulta fácil hacerse un hueco; así que ahí está Teo pateándose primero Ávila, luego Madrid, para dar a conocer su vino. De 8.000 botellas se han vendido casi todas, pero eso no garantiza nada. Las perspectivas no son nada halagüeñas. ¿ Se podrá vender el nuevo vino? ¿Se podrá pagar el crédito? ¿Habrá para comprar un nuevo depósito? Son ya muchos meses escuchando de bodegueros y enólogos de aquí y allá mensajes parecidos.


Hay que querer mucho todo esto para continuar en la lucha: romanticismo en tiempos de crisis.


¡Salud!

viernes, 5 de agosto de 2011

MONDOVINO, documental de Jonathan Nossiter.






Se estrenó en el Festival de Cannes de 2004, por lo que es relativamente reciente. Lo queremos reseñar en nuestro blog porque en este documental (de larga duración -dos horas y cuarto-), se tratan temas que mantienen su vigencia.

El director nos muestra un panorama en el que la globalización ha llegado al mundo del vino. Y en esa mundialización aparecen varios protagonistas, como los Mondavi, el capital que va absorbiendo bodegas y espacios por todo el mundo; Michel Rolland, el enólogo que hace vino en más de diez países, con un estilo que parece ser el triunfador en estos tiempos; y Robert Parker, el crítico norteamericano que es capaz (de forma consciente o no) de condicionar los gustos y la marcha del mercado mundial del vino.



Nossiter, que no es objetivo, también deja espacio para que se expresen pequeños viticultores, especialmente de Francia, que muestran una posición contraria a esta oleada homogeneizadora procedente de los Estados Unidos. En ellos vemos que hay una cultura centenaria que cuenta con otros valores y que está seriamente amenazada.








Hay también un MONDOVINO ESPAÑA, que resulta todavía más interesante. A través de entrevistas con bodegueros riojanos podemos hacernos alguna idea del estado en el que se encuentra el sector en nuestro país, que no es precisamente esplendoroso, ya que se aprecia desorientación y desunión en el sector.

Una obra muy recomendable, máxime porque el mundo audiovisual se ha mostrado bastante alejado del ámbito vitivinícola.

¡Salud!

LA HISTORIA DEL MUNDO EN SEIS TRAGOS, Tom Standage.



Nos apetece incorporar a nuestro blog algún comentario sobre aspectos relacionados con el vino y su cultura. Los libros son un buen vehículo para descubrir y aprender cosas sobre estos. Así que empezamos sección con uno que nos ha gustado mucho: "La historia del mundo en seis tragos", publicado por la editorial Debate en 2006. Resulta ameno y riguroso porque tienen cabida jugosas anécdotas junto al conocimiento histórico en profundidad. En sus algo menos de 300 páginas, Tom Standage se detiene en distintos momentos de la Historia Universal para mostrarnos cómo determinadas bebidas han condicionado las costumbres sociales y hasta el discurrir político y económico de muchos países y civilizaciones. No se trata, por tanto, de un libro dedicado exclusivamente al vino, aunque tiene su capítulo (al igual que los destilados, con los que también queremos tener contacto en este blog).




El autor comienza en Mesopotamia y Egipto, las primeras civilizaciones, que están ligadas a la cerveza (tan importante que será tenida en cuenta como medida salarial). El siguiente capítulo está dedicado al vino en la civilización grecorromana. Griegos y romanos serán los que pongan los cimientos (como en tantas otras cosas) de la cultura vitivinícola que nosotros disfrutamos.



Los siguientes capítulos, aunque no están dedicados al vino, nos resultan todavía más interesantes. Destacamos el espacio que dedica al surgimiento de los destilados y su posterior expansión. La destilación fue una invención musulmana que, en el sur de Italia, pasó a integrarse en el mundo cristiano. En un primer momento los destilados permanecieron ligados al ámbito medicinal (el aqua vitae o agua de vida, también conocida pronto como aqua ardens, el aguardiente). Pero claro, algo tan bueno no podía quedarse reducido a ese campo, máxime cuando se empezaron a crear bebidas procedentes de materias primas distintas a la uva -caso de los cereales-, algo que resultó idoneo para los paises del norte de Europa donde la viticultura era casi imposible.



Para entonces ya estamos en la Edad Moderna, época de descubrimientos y llegada de los europeos a territorios africanos, asiáticos y, sobre todo, americanos. Tom Standage nos cuenta la importancia del ron, como eje de un comercio mundial entre Europa, África (que aportaba los esclavos) y América.



El café y el té cuentan con sus respectivos capítulos. El café aparece ligado al desarrollo científico de Europa, especialmente en países como Inglaterra y Francia, aunque también a la aparición de ideas políticas revolucionarias puesto que muchos cafés, los locales donde se servía esta bebida, eran utilizados para las reuniones sociales de distintos colectivos. La Bolsa de Londres, por ejemplo, nació prácticamente en uno de ellos; y la Revolución Francesa se inició a partir de proclamas lanzadas desde un café parisino. Un movimiento revolucionario como el que dio lugar a la independencia de los Estados Unidos de América no puede entenderse sin el malestar popular que se suscitó a raíz de las medidas que la corona británica tomó para controlar la importación de azúcar (para hacer ron) o para gravar el té.



El té es la bebida que el autor presenta ligada al siglo XIX y a la Revolución Industrial, protagonizada por el Imperio Británico. Resulta estremecedor leer cómo el té era una bebida suministrada al proletariado para que pudieran soportar las interminables jornadas laborales en el interior de las primeras fábricas. Su popularidad fue tal que condicionó en parte la política exterior del Imperio, por ejemplo en el caso reseñado de las colonias de Norteamérica, o con la expansión por Asia, fundamentalmente por China.



El último capítulo de este libro se dedica al siglo XX, a la globalización económica. ¿Y qué mejor representante de ese fenómeno que la Coca-Cola? Pues bien, podemos asistir a su nacimiento y su popularización. La II Guerra Mundial será la catapulta que lleve a esta bebida gaseosa a ser la marca mundial más reconocida, símbolo del país protagonista de la esfera internacional en las últimas décadas: Estados Unidos.

LUSTAU PENÍNSULA PALO CORTADO. Palomino Fino. Jerez


Volvemos al maravilloso mundo de los generosos para regalarnos un Palo Cortado. Como ya comentamos en entradas anteriores (con ocasión de nuestra visita a Jerez de la Frontera), estamos ante un vino singularísimo,ya que es el fruto de determinadas barricas que tienen características tanto de amontillado como de oloroso.


Este, perteneciente a la bodega Lustau, nos lo trajimos de la cata que celebramos en la vinoteca Lavinia de Madrid (también reseñada en nuestro blog) en el mes de mayo.

Se muestra con un color caoba muy bonito.

Cuando lo olemos, como ocurre cuando estamos ante uno de estos vinos, el tiempo parece detenerse por un instante; entonces levantamos la cabeza de la copa y comprendemos que hemos entrado en otro mundo.

Los aromas avellanados se despliegan acompañados, en este caso con notas de miel, incluso de pasa; junto a un tono ligero a barniz que surge al agitar la copa.

Y por fin, lo probamos. La entrada sorprende por su dulzura, pero a medida que el vino invade el paladar son las notas saladas las que invaden nuestro gusto. El paso es sedoso y elegante. El final, larguísimo, como corresponde a estos vinos hechos a base de tiempo.

Por si fuera poco, al día siguiente, podemos disfrutar de su "fondo de copa", como se aprecia en la foto. El resto del vino se ha solidificado concentrando aromas. Delicioso perfume.


Pues bien, todo este conjunto de sensaciones tan placenteras que muy pocos vinos (incluso alimentos sólidos) pueden ofrecernos, son asequibles. Es más, creemos que estas joyas están muy depreciadas (y hasta despreciadas), quizá por el desconocimiento que se tiene de ellas. Es significativo que se valoren más en el extranjero. Nos preguntamos: ¿qué ocurriría si Jerez fuese una ciudad francesa o italiana?

El caso es que nos costó 17,40 en Lavinia.

¡Salud!

jueves, 4 de agosto de 2011

ESPRIT D´AUTOMNE 2010. Syrah (40%), garnacha y cariñena. Minervois. Francia.

Seguimos en el sureste francés para probar un tinto joven. Las uvas de las que nace son las mismas que podemos apreciar en muchos vinos del otro lado de los Pirineos, pero el clima no. Puede ser una buena ocasión para apreciar las diferencias.



En el aspecto visual no las notamos. Es un vino de capa muy alta y un ribete de color remolacha que denota su juventud.


Al olerlo encontramos fruta negra en abundancia.



En boca sí descubrimos un carácter distinto. Resulta un vino fresco, con acidez destacada, por encima del peso de la fruta, que, no obstante, también se aprecia en el paladar, con taninos suaves. Si lo comparamos con los vinos españoles resulta menos potente, más ligero. En todo caso estamos ante un vino muy correcto.


Su precio, inferior a los 10 euros en la vinoteca L´Atelier des Vignerons, de Limoux.


¡Salud!

LE PLAISIR ROSÉ 2010. Cotes du Roussillon. Francia.


Siguiendo con nuestra incursión por el sureste de Francia, vamos con un rosado. Cuando lo compramos, el vendedor nos reconoció que los rosados españoles tenían una calidad altísima, por lo que nos ofreció "algo que se podía asimilar".

Pues bien, estamos ante un vino de un color fresa no muy intenso y que, en nariz, nos trae aromas de fruta roja, fresa fundamentalmente.


En boca presenta una acidez destacada y un paso ligero y agradable. Un vino que se bebe bien, correcto, aunque, si lo comparamos con los españoles que hemos probado, sale malparado al tener menos intensidad y cuerpo.



Nos costó menos de 10 euros en la vinoteca L´Atelier des Vignerons, de Limoux.

¡Salud!

lunes, 1 de agosto de 2011

ABBAYE FONTFROIDE OCULUS 2009. Syrah y Garnacha. Languedoc-Roussillon. Corbières. Francia.


Una de las actividades imprescindibles para todo aquel que recorra el Languedoc francés es visitar las numerosas abadías que están diseminadas por ese territorio. Algunas de ellas ya no conservan mucho de su pasado románico pues sufrieron graves daños durante la Revolución Francesa y luego, a principios del XIX, fueron objeto de una desamortización que las puso en manos privadas. Pero muchas otras, como la de Saint-Hilaire de la que hablamos en la entrada que comentaba el blanquette, o esta de ahora de Fontfroide, se han conservado muy bien y han sido cuidadosamente restauradas.
La abadía de Sainte-Marie de Fontfroide, cuyos orígenes datan del siglo XI, fue adquirida en 1908 por la familia Fayet, ligada al mundo del arte y del coleccionismo. Los propietarios actuales utilizan la abadía como centro turístico-cultural, con gran número de actividades, sobre todo ahora en verano, y como imagen y marca de sus vinos, que se pueden degustar y adquirir allí mismo.
Vinoencasa se ha traído unos cuantos y os los irá presentando en próximas entradas. Hoy comenzamos con el Oculus 2009 tinto, que lleva un 65% de syrah y un 35% de garnacha. 
En la copa se aprecia mucho color - aquí ha habido largos días de maceración, seguro -, con una capa muy alta, picota, con ribete casi remolacha. Es muy aromático desde el principio y ofrece notas de golosina (caramelo de fresa) casi como si se tratara de un maceración carbónica. La etiqueta no indica nada acerca de su elaboración, pero puede que esos aromas nos indiquen que, al menos en parte, este vino se haya hecho con esta técnica. La madera no aparece, o es tan discreta que no la detectamos. 
En boca también ofrece mucha fruta, junto con unos taninos muy suaves y una buena acidez. Es un vino goloso, muy fácil de beber y, aún mejor, con un pelín de frescor - como si fuera un tinto joven o un maceración carbónica -.
Buen ejemplo de vino mediterráneo que no abusa del alcohol - tiene un 13,5 % - este Oculus 2009 tinto nos costó 7,50 € en la tienda de la abadía. Excelente relación calidad-precio.
¡Salud!

PLANELLA 2009. Mazuelo, garnacha, syrah y cabernet sauvignon. Montsant. España.

Después de la experiencia con L`Argatá, repetimos con la bodega Joan d`Anguera. Este Planella también tiene una capa altísima, adornada con un ribete casi fucsia que denota su juventud.

En nariz apreciamos, como en L´Argatá, concentración de aromas frutales. La madera (un añito de roble) se muestra en segundo plano y no eclipsa los anteriores.

En boca no podemos dejar de acordarnos de L`Argatá. Aquí también encontramos esa potencia que conlleva una acidez alta, unos taninos poderosos y una carga alcohólica generosísima (15%). Sin embargo encontramos una diferencia esencial en relación al anterior. El Planella es un año más joven, y se nota. Nuestro gusto prefiere que el vino esté más afinado, que madera y fruta se integren mejor. Un vino que no irrumpa de forma tan impetuosa en el paladar. Notamos que le falta tiempo para expresar todo lo que lleva dentro. Habrá que volver a probarlo más adelante.

En cualquier caso estamos ante una bodega que hace las cosas bien y que cuenta con una relación calidad precio excelente. Este vino, como su hermano, cuesta algo menos de 15 euros en la Vinoteca Tierra, de Madrid.

¡Salud!