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viernes, 30 de septiembre de 2011

JARDÍN DE LÚCULO. Garnacha. Navarra. España.




No tenemos una amplia representación de vinos navarros, aunque nos consta que hay mucho y bueno en esta maravillosa región. Hacemos propósito de enmienda para el futuro y, como muestra de nuestras intenciones, ahí va este vino que elabora un antiguo colaborador de Telmo Rodríguez, el navarro Juan Glaría junto a Virginia Arranz en la bodega La Casa de Lúculo.

Es de capa media-alta y de color picota. En nariz advertimos, en primer lugar, una madera tostada (7 meses en barrica americana y francesa) que se acompaña de fruta roja y algún recuerdo balsámico y mineral. Con el tiempo las notas pasificadas (o acarameladas -como de regaliz rojo-) se acentúan.


En boca resulta carnoso, con buena relación entre acidez y dulzor. Es potente y algo tánico, aunque en conjunto se muestra agradable.

Interesante apuesta por un vino de garnacha, una variedad que sufrió el descrédito de los que pensaron, no hace mucho tiempo, que había que eliminar lo antiguo para plantar variedades foráneas de prestigio, y que sigue atesorando muchas virtudes.

Además cuenta con un precio a tener en cuenta, 8,90 en La Tintorería, en Madrid.

¡Salud!

jueves, 29 de septiembre de 2011

DARGO 2009. Mencía. España.

Comprando vinos en La Tintorería, nos comentó César Ruiz, uno de los socios, que está en un proyecto denominado Geografías Líquidas, una apuesta por la expresión limpia de variedades autóctonas en distintos lugares de España.


Uno de sus vinos es el Dargo, nombre del perro de Raúl Pérez, el famoso enólogo berciano del que ya hemos escrito en varias ocasiones; y que es uno de los socios, junto al propio César, y a otros dos personajes que también han aparecido por nuestro blog: José Luis Mateo (Alanda, Gorvia) y nuestro querido Rodrigo Méndez (Goliardo, Leirana).


Pues bien, este Dargo, es un tinto de capa media-alta y color picota vivo que, en nariz nos ha recordado mucho a los vinos de Rodrigo y José Luis, catados recientemente. Encontramos una buena mencía, muy frutal, aunque no edulcorada; con recuerdo mineral. Pensamos también en la presencia de depósitos de gran tamaño de madera no nueva.

En boca resulta también muy frutoso, con su puntito goloso en la entrada; y encontramos un estupendo equilibrio entre acidez, dulzor, taninos y alcohol.

Un vino muy placentero, bien elaborado y que se presenta con modestia; no en vano se vende como vino de mesa y no luce la etiqueta de la D.O. Bierzo, pese a que la base son viñedos de Valtuille de Abajo. Ha despertado nuestro interés y esperamos saber algo más de su elaboración en próximas fechas.

Su precio es excelente, algo menos de 8 euros en La Tintorería.

¡Salud!

miércoles, 28 de septiembre de 2011

CORRIENTE 2008. Rioja. España.



Volvemos con Telmo Rodríguez y con sus vinos de Rioja. Al comprar este Corriente nos comentó César Ruiz, de La Tintorería, que su objetivo era crear un vino accesible, sin grandes pretensiones, para el chateo. El punto de partida es una uva, mayoritariamente tempranillo, comprada a viticultores del pueblo, Lanciego, en Álava. La crianza se realizó en fudres y barricas usadas de roble francés y americano.

De capa media-alta y color picota; en nariz advertimos que la madera tiene mucho protagonismo. Notas dulces: café, bombón, coco...; que nos llevan a pensar en roble americano y en un tostado potente; se imponen por momentos a la fruta roja.


En boca resulta un vino amable, muy goloso. De paso fácil y agradable, sin aristas. Es un vino que va a gustar a un cliente generalista, que quiere disfrutar con sencillez de un vino.


Tiene además un precio muy atractivo. Nos costó 7,90 en La Tintorería de Madrid.

¡Salud!

martes, 27 de septiembre de 2011

RENÉ BARBIER RESERVA 2005. Tempranillo y Cabernet sauvignon. Penedés. España.



Una bodega clásica como René Barbier nos ofrece este vino de capa media y color picota que apenas muestra evolución.




En nariz se muestra discreto, ofreciendo notas especiadas (pimienta), algo de cedro y, en el fondo, la fruta roja de la tempranillo.


En boca resulta agradable y equilibrado; todavía algo tánico.

Un vino que cumple, elaborado con mucha corrección, dentro de una línea comercial bien reconocible.
Cuenta con un precio asequible; lo hemos encontrado en algún hipermercado y en internet por menos de 10 euros.

¡Salud!

lunes, 26 de septiembre de 2011

VINOTECA TIERRA: CATA DE SUS REFERENCIAS


Es difícil hacer una crónica de lo vivido en la reunión de bodegueros que este lunes 26 organizó la Vinoteca Tierra. Y lo decimos porque no estamos acostumbrados a una situación como la que vivimos ayer. Conocíamos ya a algunos de los vinos que estaban presentes en el acto celebrado en la Fundación Pons, en Madrid: es el caso de los sicilianos Cos y Ochipinti; del Improvisació de Enric Soler...; pero eran muchos y estábamos rodeados. Acabamos desbordados por una marea de calidad. Así que, llegado el momento, nos rendimos y acabamos dejándonos llevar por una ola de placer vinícola.

Pero antes hicimos nuestro trabajo. Primer paso: saludar a Enric Soler. Conocíamos su Improvisació 2009. Un xarel-lo excelente cuya base, como nos explicó su creador, es un viñedo cuidadísimo, que hemos podido conocer por fotografía. Ese viñedo parece una selva en miniatura, de tanta vida que alberga, ejemplo de un riguroso trabajo orgánico que se complementa con prácticas como la de utilizar las levaduras del propio viñedo. Catamos el 2010, que sigue en esa línea de grandeza (donde confluyen frutosidad, acidez, untuosidad, cuerpo y carácter), y su famoso Nun, elaborado con xarel-lo de una sola parcela y fermentado en barrica. ¿Por qué?, pues porque a Enric le gusta mucho Borgoña, así de sencillo. Y también estaba buenísimo (aunque nos atrevemos a sugerir que el Improvisació resulta la forma ideal de conocer a este gran creador).

Al lado de Enric estaba Josep, nuestro querido Josep Mas, el de Massuria. Ya hemos escrito sobre él con ocasión de la visita que le hicimos en agosto. Nos encantó verle con las manos tintadas de violeta. Y es que su vino 2011 acaba de nacer y parece que goza de excelente salud. Nos gusta mucho comprobar cómo una persona como él, que sabe mucho y elabora muy bien, muestra gran inconformismo y piensa que su mejor vino está por hacerse. Por lo pronto, su 2008, que ya conocemos, promete buenas sensaciones.

Y para redondear este inicio catalán, nos acercamos hasta Bernat Andreu, el hijo de Carlos Andreu, del que conocíamos su Trepat y su Brut Barrica (también están en el blog). Solo nos dio tiempo a probar su Brut, que nos sorprendió por su frutosidad. Nos dejó un recuerdo buenísimo, con mucha manzana.

Corriendo, corriendo, nos desplazamos hasta Italia. Primera escala en Sicilia. Quisimos homenajear a los vinos de la bodega Cos (todos catados y registrados durante este verano) y de Ochipinti. La creadora de estos últimos es sobrina del de Cos, y cuenta con viñedos más viejos. Probamos su Frappato (está en el blog) y el Nero d´Avola, que no conocíamos.

A continuación probamos los vinos de la bodega Judeka, un blanco de Grecanico, el Blandine, lleno de aromas florales; y un tinto joven sin barrica (porque la madera no le sienta nada bien a la Nero d`Avola, según nos dijeron), el Nero 100; muy goloso y, como su hermano el blanco, de estupenda boca.

Había tanto, y todo tan bueno, que tuvimos que pasar de largo sin saludar a los del Schiopetto y a los del Moio y Fossa Mala, que también registramos hace un par de meses. Ya nos parecía demasiada descortesía no pararnos y hablar un poco con Ampelio Bucci. Su Bucci Clásico blanco ya lo conocíamos, pero pudimos probar su Reserva 2006, también blanco. Le preguntamos por la elaboración de sus vinos y nos confesó su gusto por el uso de grandes botas de madera vieja y su rechazo a la tanicidad de la barrica pequeña nueva. Es curioso, pensamos durante un instante, que los vinos italianos que estaban representados en este evento, y que tanto nos gustan, van por esa línea de elegancia, finura y suavidad. También hay futuro en Italia. De los blancos pasamos a los tintos: Pongelli 2008 y Villa Bucci 2006, elaborados con uvas sangiovese y montepulciano. Excelentes.

¿Fue aquí cuando sucumbimos a la tentación del pleno disfrute? El caso es que los apuntes que estábamos tomando se fueron reduciendo hasta la mínima expresión. Terminamos con Italia en la península de Salento (el tacón de la bota italiana). Matteo Besteti, con un excelente español, nos explicó las virtudes de la bodega Vecchia Torre, una cooperativa de unos mil socios. La uvas principales en aquella región son la negroamaro y la Primitivo, junto a otras como, especialmente, la malvasia nera. Probamos dos tintos: el Negroamaro y el Salice Salentino. Nos gustaron los dos, más el segundo. Gran final para la excursión por Italia.

Y, de pronto..., Carlos nos dice que hay un segundo piso. Y Francia nos estaba esperando, para recibirnos con los brazos abiertos.

Lo primero, champán; y del bueno. Responden al nombre de Emmanuel Brochet, que apenas tiene 30 años, o Roger Coulon y advertimos que la tinta Pinot Meunier da muchísimo juego a la hora de crear grandes espumosos. El primero que catamos, Le Mont Benoit, de Brochet, tenía incluso aromas a cacao; toma ya. Coulon estaba representado por un monovarietal de Pinot Meunier impresionante, el Brut Blanc de Noirs. Desde luego, pensamos, si el ser humano tiene que intervenir para "inventar" un vino, que sea de este modo.

Y al final del camino, siempre está Borgoña. Y allí acabamos. A seguir con nuestras lecciones de geografía sobre el terroir borgoñón escondido en su rompecabezas de microparcelas. Xavi y Carlos apostaron por presentar esta noche la añada 2009. El resultado global fue sobresaliente. Jugamos primero con los blancos: de Puligny Montrachet, el Les Enseignères, de Olivier Leffaire; seguimos con un Chassagne Montrachet de Bernard Moreau et Fils y culminamos con un Mersault, de Michel Bouzereau et Fils. Con estos tres pudimos apreciar las diferencias que van desde la fruta tropical hasta la mineralidad y la acidez potentes. Rematamos con una bomba floral en forma de Sauvignon Blanc de Sancerre, de Pascal y Nicolas Reverdy. A estas alturas ya estabámos por abrazar a la humanidad entera de lo felices que nos sentíamos, pero quedaba rematar la faena para salir por la puerta grande. ¿Por qué Borgoña es un mito? en parte ayer pudimos hacernos una idea. Si los blancos eran maravillosos, los tintos, esos tintos de capa baja y sutil madera, nos dieron la recompensa final a tanto tiempo dedicado al vino, desde que decidimos iniciar el blog. Pues nos dimos el homenaje con Les Champs D`Argent (el 2008 ya está en el blog), y La Combe Brulèe, de Bruno Clavelier, representando a Vosne-Romanée; seguimos por Gevrey Chambertin y la magia de Humbert Freres; y acabamos en Marsannay, con Bruno Clair y su "Les Longeroies", que presentamos en este espacio no hace mucho.

Extraordinaria tarde-noche la que vivimos junto a todos estos duendecillos del vino. Agradecemos su esfuerzo y dedicación, porque son auténticos magos creadores de felicidad. Y gracias especialmente a Xavi y a Carlos, de Vinoteca Tierra, por su trabajo y su valentía. El camino es largo y esperamos recorrerlo junto a personas como estos dos hermanos. ¡Ah! y al final, está Borgoña.

¡Salud!

domingo, 25 de septiembre de 2011

LES CADENIÈRES 2007. Cotes du Ventoux. Francia.


Un par de días después de probarlo en la fiesta de la garnacha de Lavinia (que ya hemos reflejado), probamos este vino francés elaborado según principios biodinámicos.

Es de capa media alta y tiene un bonito color frambuesa, con ribete vivo.

En nariz no nos sorprende porque ya lo probamos el otro día. Pero si no hubiese sido así, habríamos arqueado las cejas. Entramos en territorio difícil, que no hostil. Hay reducción, por lo que trasvasamos el contenido desde el catavinos hacia una copa más grande para que se airee. Le damos tiempo. Desde unos aromas iniciales animalescos, como de cuero, aunque también de producto químico o gasolina; pasamos, tras un buen rato, a encontrarnos con fruta roja y hasta algún asomo floral.

En boca muestra buen equilibrio entre acidez y dulzor. Se aprecia la fruta, aunque el tono rústico que percibimos en nariz no nos abandona. El paso es muy agradable, con taninos sedosos.

Un vino para disfrutar dejándole que se exprese a su ritmo; requiere tiempo (¡ojo, que no hablamos de horas ni días!), pero se lo merece. Al fin y al cabo el vino te permite algo tan exclusivo como saborear el pasado. También es un vino para aprender; para encontrar nuevos caminos...

Además tiene un precio excelente: 7,20 en Lavinia.

¡Salud!

LA BATALLA POR EL VINO Y EL AMOR.



LA BATALLA POR EL VINO Y EL AMOR, Alice Feiring, Tusquets, 2010.

En pocos libros ocurre que es más importante el subtítulo que el propio título: "Cómo salvé al mundo de la parkerización". Pues de eso trata este libro ameno, de lectura fácil, en el que la autora hace gala de un fino sentido del humor y además no tiene reparos en mezclar su trayectoria como prestigiosa escritora enológica con sus vaivenes sentimentales o con algunas referencias a su educación de judía ortodoxa. Feiring no se considera una crítica al uso, sino que le gusta rastrear las historias que los vinos tienen detrás.
El eje argumental del libro es la crítica hacia toda una serie de prácticas que se llevan a cabo por parte de muchas bodegas de todo el mundo. El objetivo es vender y para ello hay que crear demanda. La demanda se consigue, como en tantos otros productos, creando tendencias, modas; y en el mundo del vino la línea dominante es la de crear vinos muy concentrados, con capas altísimas, sabor a frutas confitadas y con muchísimo protagonismo de la madera tostada. Buena parte de la culpa de esta situación la tiene el fenómeno de la parkerización. Robert Parker es el crítico más famoso e influyente del mundo y su opinión, concretada en las famososas puntuaciones que concede a los vinos que incluye en su Wine Advocate, supone mucho dinero en juego. Las grandes firmas buscan hacer negocio y por ello tratan de satisfacer sus gustos.

Para lograr este objetivo la ciencia enológica y la tecnología industrial han aportado numerosas soluciones: en los viñedos herbicidas y pesticidas químicos se acompañan de una mecanización de tareas como la vendimia o el riego artificial. También se ha extendido la práctica de la sobremaduración de las uvas o el despalillado que permiten crear “bombas frutales”, aunque con la contrapartida de desestructurar a los vinos y, en un plano más amplio, de eliminar las diferencias entre regiones (así se pueden cultivar en todo el mundo unas pocas variedades consideradas de prestigio: cabernet sauvignon, syrah, chardonnay, merlot…).

En la bodega asistimos a prácticas como las fermentaciones controladas y rápidas (se trata de no correr riesgos para poder sacar al mercado el producto cuando lo esperan los compradores); el uso de levaduras artificiales (hay más de 150 no neutras) para cambiar aromas, sabores y texturas del vino. Las levaduras precisan, cuando hay mucho azúcar (caso de las uvas sobremaduradas) nutrientes para que se desarrollen. También se añaden enzimas y otros agentes químicos para cambiar aspecto y sabor, así como bacterias para ayudar en la fermentación maloláctica. Todavía caben más cosas : extracto líquido de roble, virutas o serrín (algunas de estas cosas las hemos visto personalmente)…
Hay máquinas que dan mucho juego en las bodegas al provocar interesantes (e inquietantes) procesos: la microoxigenación suaviza los taninos; la ósmosis inversa descompone el vino en agua, sedimentos y alcohol (permite rebajar su nivel, lo que en algunos países implica pagar menos impuestos).

Al final, viene a decir Feiring, nos encontramos con un producto industrial que ha perdido toda su autenticidad. Con estas técnicas los vinos se hacen igual en California, Rioja, Australia o Borgoña. En sus viajes al Piamonte (donde se centra en los barolos), Rioja (donde muestra un panorama desolador, del que solo salva a la bodega López de Heredia), y a Francia (Loira, Champaña, Borgoña) constata esta triste realidad. Las grandes firmas contratan a asesores que les garantizan que sus vinos obtendrán altas puntuaciones y la tecnología se encarga de lograrlo. El mercado se ve invadido por vinos homogéneos y los pequeños productores no pueden competir. Las multinacionales son capaces incluso de jugar la carta de la calidad, ya que pueden hacer pequeñas partidas de vinos “artesanales” para conseguir prestigio y acaparar también el mercado minoritario de los consumidores más inquietos.

Pero no todo es pesimismo y alarma en este libro. Por el contrario, Feiring conoce en sus numerosos viajes a un buen puñado de bodegueros que huyen de todas estas prácticas y que elaboran vinos auténticos con técnicas de cultivo sanas, sin adición de química, ni utilización de máquinas que alteren sus características. Muchos de ellos siguen los principios de la agricultura biodinámica, aunque no todos.
Pudiera parecer, por todo esto, que se sitúa en una posición muy extrema, pero es capaz de matizar. Así, si bien se declara admiradora de los vinos biodinámicos, señala que no todos le parecen buenos. Está en contra de los vinos maderizados (esos que nacen con la moda de las barricas nuevas y muy tostadas) no de la madera usada con sentido común. Incluso admite que se añada sulfuroso al vino, aunque en las dosis mínimas.

En fin, un libro muy interesante y agradable de leer que ha influido bastante en Vinoencasa. Funcionó como una especie de despertador de los sentidos que nos impulsó desde entonces a una búsqueda más selectiva y que contribuyó a aumentar el deseo por continuar aprendiendo.

¡Salud!

CATA DE GARNACHAS EN LAVINIA DE MADRID



Telmo Rodríguez y Vinoencasa

Misión cumplida. El individuo que aparece en el medio responde al nombre de Telmo Rodríguez. Lo teníamos en busca y captura desde hace un par de años. Su delito: hacer buenos vinos. Por fin nos cobramos la recompensa.


La operación tuvo lugar el pasado 23 de septiembre en Lavinia, que tiene un gran poder de convocatoria y se sacó de la chistera un festival dedicado a la garnacha. La cosa no resultó nada fácil, ya que Telmo estaba rodeado por otros bodegueros peligrosos; incluso apareció el Comando G. Luego nos extenderemos en ellos.

Comenzamos con los vinos franceses que nos presentó Pedro. L´Olivette ya lo conocíamos y lo tenemos publicado en Vinoencasa. Sigue estando muy bueno. Nos gustaron también, aunque muy diferentes entre ellos, Les Cadènieres 2007, Mistral 2010, Les Sourcieres 2009 y Les Bien Aimés 2007. Todos siguen principios biodinámicos y el último es el primer Chatoneuf du Pape que hemos probado. Fue el que más nos gustó pero el precio supera los 40 €. Mientras probábamos estos vinos, apareció el magnífico Clos Mogador (cinco botellas de 2008) que volaron sin dejarle tiempo a que respirase mínimamente. No sabemos qué es lo que le debió gustar a la gente, pues el vino estaría cerradísimo. Cosas de la fama.


Muy cerca se hallaban Belarmino y su socio, de la bodega Canopy (Malpaso, Tres Patas ..., ya presentados en Vinoencasa). Recién llegados de la vendimia, estuvimos departiendo con ellos sobre lo poco preparado que está el consumidor español para apreciar justamente vinos tan complejos y difíciles, que se salen de la línea comercial habitual, como el Cadénieres, que catamos juntos. No nos extraña. Esta misma mañana hemos oído en la radio que España ha subido al tercer o cuarto puesto mundial en el consumo de ginebra, mientras que casi estamos a la cola en el consumo de vino en Europa. Así nos va. Esperamos ir a visitarlos en primavera.


A continuación probamos un vino malagueño, Sedella 2008, elaborado por Lauren Rosillo a partir de una finca de viñas viejas y entremezcladas de la variedad autóctona romé y garnacha. Nos gustó, aunque predominaba la madera. También se notaba la madera en el siguiente vino: Eterna Selección 2007, elaborado con uvas prefiloxéricas en Cebreros, Ávila. Nos gustaron los dos, pero consideramos que la madera, muy presente, les encubre parte de su personalidad. Suponemos que las modas enológicas tardan en evolucionar.


También conocimos a la gente de Jiménez Landi, de Méntrida, del que ya hemos escrito a propósito de su Sotorrondero, su vino más accesible. Probamos el Piélago, que está en un escalón superior, y nos gustó bastante. Estamos ante un vino de finca, con trabajo orgánico, mucho cuidado en los detalles y menor peso de la madera pues usan toneles más grandes. En la misma mesa se hallaban la bodega Marañones y Comando G. Un enólogo de cada una de estas tres bodegas forman el equipo que elabora La Bruja Avería en Cadalso de los Vidrios, Madrid, y transmiten un buen rollo entre ellos que, sin duda, se refleja en el resultado final. Es un vino desenfadado pero con carácter y encanto que probaremos con detenimiento, al igual que el Piélago.


De Méntrida y Madrid pasamos a Navarra, donde Enrique Basarte de la bodega Domaines Lupier nos presentó su El Terroir 2008 y un poquito de su exclusivo La Dama 2008. Buenos vinos y bien elaborados. El primero tiene una madera tostada que lo hace muy amable. Lo presentaremos pronto aquí. La Dama es un vino más complejo e interesante.


Culminamos con Telmo, a quien acaparamos durante un buen rato. Le transmitimos nuestra admiración porque lo consideramos un pionero. Ahora es fácil admirarlo, pero Telmo ya inició un difícil y arriesgado camino que lo llevó a abandonar una cómoda carrera en la bodega paterna de Remelluri cuando nadie apostaba por las variedades autóctonas y elaboraciones menos estandarizadas. Ahora ya se habla mucho de una nueva generación de vinicultores -"nuevos locos del vinos" los ha llamado alguna prestigiosa publicación- pero, por lo que sabemos, él ya estaba ahí. Nos emplazamos para una futura visita a su bodega de Lanciego en La Rioja y pasamos a probar los Pegaso Pizarra y Pegaso Granito, que elabora en Cebreros, Ávila. 
Fueron los que más nos gustaron de toda la cata, sin desmerecer a los demás. Finos, elegantes, expresivos, no te dejan indiferente. Los presentaremos pronto en el blog.


Disfrutamos mucho de la cata de garnachas y lo pasamos muy bien. Nos gustó comprobar que hay ilusión por presentar al público proyectos nuevos y que en España hay mucha gente que está trabajando mucho y bien.


¡Salud!

sábado, 24 de septiembre de 2011

VUIT 2006. Garnacha. Priorat. España.


Este vino se lo compramos a René Barbier (hijo) en su bodega de Falset. Es el resultado de una colaboración de amigos: el propio René, su esposa Sara Pérez, Ester Nin, Núria Pérez, Montse Mateos, Iban Foix, Julian Basté y Philippe Thevenon.

Además tiene el atractivo de que se elaboró a partir de viñas muy viejas. Tras nueve meses de descanso en la vinoteca lo descorchamos.

De capa altísima y color mora, no muestra signos de evolución.

En nariz sale enseguida la fruta roja-negra. Este aroma de una garnacha cálida (el microclima de Gratallops) nos resulta familiar. También encontramos notas que podrían entenderse como minerales. Como estamos en terreno pizarroso (la famosa llicorella) es fácil hablar de notas de hidrocarburo, petróleo, etc. Sin embargo, como dice Pepe Hidalgo (revista Planetavino, número 38, páginas 46-49), la mineralidad es un mito que esconde, en este caso, aromas procedentes de la madera. No obstante, como también dice en el mismo artículo, podemos utilizar estos calificativos para describir al vino.

Pues bien, a las notas "minerales" le añadimos un toque a hierba aromática de monte y algo de regaliz.

En boca también nos resulta familiar. Vino carnoso, con extracto, con peso de fruta en la boca. Tiene una entrada muy golosa, unos taninos aterciopelados y una carga alcohólica que exige jugar con el enfriador.

Deja una impronta de vino mediterráneo bien hecho.

No recordamos su precio y sabemos que se trata de un vino muy minoritario.
¡Salud!

jueves, 22 de septiembre de 2011

LA AMISTAD 2010. Rojal. Alicante. España.


Presentamos un vino muy, muy reciente ya que se trata de su primera añada. Llegó a nuestras manos gracias a Miguel, de la Taberna Laredo, quien, hablando de los vinos biodinámicos, nos dijo algo así como: " hala, os regalo uno".
Se trata de un vino de Bernabé Navarro, a quien ya hemos traído a este espacio con su "Beryna".
En cuanto a este "La amistad", en Verema hemos podido consultar su ficha técnica. Se trata de una partida de apenas 1.400 botellas, elaboradas con uva rojal, que no hemos probado nunca. Procede de una finca muy pequeña, con viñas de entre 40 y 60 años, cultivada de forma orgánica, sin herbicidas, con "lucha biológica". Que sea completamente biodinámico ya es otro cantar, pero no queremos entrar en un tema que puede resultar espinoso, máxime sin conocer la bodega y al bodeguero. Así que nos concentramos en la agradable tarea de probarlo, en casa, como siempre.

Nos sorprende su capa, que no es tan elevada como podríamos suponer (ya estamos muy acostumbrados a las capas tan cubiertas que casi lo damos por norma), y de bonito color cereza. Al olerlo nos encontramos con un aroma a mosto, a hollejo, que nos resulta familiar. También aparecen notas animales. Lo pasamos a una copa mayor para airearlo y nos encontramos con aires de fruta roja y flor seca.
En boca resulta muy agradable, con una carga alcohólica que apenas se nota ( 14%), excelente acidez y sensación muy placentera en conjunto.
De hecho, nos ha gustado más que el "Beryna", ya que hace gala de una ligereza que le aporta equilibrio y su dosis de elegancia.
Desconocemos el precio.
¡Salud!

martes, 20 de septiembre de 2011

QUINTA DE COUSELO 2010. Albariño, loureiro y caíño. Rías Baixas. España.



Terminamos, por el momento, con nuestro repaso a los vinos gallegos y, especialmente, a la D.O. Rías Baixas, con una visita a la subzona de Rosal.

El embajador es este Quinta de Couselo, que se presenta con un color dorado y fondo verdoso. En nariz se muestran notas herbáceas y florales, con algún punto de hierba aromática (aires mentolados, aunque quizá sea el laurel de la loureiro, pero no queremos sugestionarnos con facilidad). También detectamos fruta blanca.
En boca sobresale su acidez. Predomina la albariño, pero el 30% de las otras dos variedades le dan cuerpo y carácter, reflejando bien las características de la subzona que, por sus condiciones geográficas, se comporta como un invernadero a gran escala. Deja un recuerdo muy largo.


Hace unas semanas visitamos esta bodega. María José nos acompañó y nos ilustró sobre la historia de Quinta Couselo. Es una empresa familiar, que compra la uva a los proveedores de la zona pues cuenta con pocas hectáreas de viñedos propios. El abuelo elaboraba en su lagar el vino que consumía en el año. Su hijo, el padre de María José, contemporáneo y vecino de Santiago Ruiz (quizá el más conocido del Rosal, junto a la bodega Terras Gauda), mejoró las técnicas de vinificación y puso los cimientos de lo que hoy es una bodega de tamaño medio que en 2010 produjo unas 100.000 botellas.
Su vino básico es el Quinta de Couselo, con mezcla de albariño, loureiro y caíño, combinación típica de O Rosal. Además producen dos monovarietales de albariño, de nombre Turonia; uno de ellos solo en años especiales. Por último, desde hace dos años, embotellan un tinto con crianza en barrica a partir de variedades autóctonas gallegas.
 
También elaboran aguardientes: el blanco y los que se maceran en este, como el de hierbas y el de café.
El precio de este vino ronda los 10 euros.

¡Salud!

HISTORIA APASIONADA DEL BRANDY DE JEREZ, José de las Cuevas, Madrid, Geribel, 2003.


José de las Cuevas cuenta de esta manera la invención del brandy en las pp. 91-94 de esta "peculiar" historia:
"La misma familia Domecq considera la aparición del brandy como un milagro [...] junto a la voluntad, la inteligencia, la terquedad casi heroica de un hombre: Pedro Domecq Lustau.
[...] Cuando la exclaustración de los Cartujos en Francia, los frailes de Chartreusse se refugian en Tarragona. [...] Entonces, un amigo personal de la comunidad, Monsieur Augusto, pregunta a Don Pedro si se atreve a elaborar un alcohol excepcional tal como era necesario para continuar la fabricación del Grande Chartreusse. [...] Dos años después el encargo ha sido cumplido. Son 500 bocoyes de un calcohol perfecto, satinado, transparente, un alcohol de cristal.
Monsieur Augusto, asombrado, confiesa su calidad, pero no  puede pagarlo. [...] Entonces Don Pedro, digno, rescinde el contrato y ordena que la enorme cantidad de holanda -holanda se llama al alcohol de 36 grados- sea almacenada en [...] los barriles de la casa, que naturalmente son de roble.
Pasan cinco años. Una tarde, Don Ramón Sagastizábal, jefe de la sección de alambiques, pide una muestra del alcohol olvidado y se asombra del aroma, del sabor astringente, del centelleo del oro que ha tomado dentro de lo bocoyes. Extasiado llama a Don Pedro.
Don Pedro [...] ordena: "Ramón, manda una botella de este aguardiente a mi amigo el experto francés. Pero metiéndola en una caja de vino, como si fuera una equivocación ...".
[...] Mientras, Don Pedro, que ha decidido aumentar sus reservas de alcohol viejo, importa alambique tras alambique. [...] Durante muchos años produce aguardiente y los planta, esto es, los envejece en roble.
[...] Cuando cree que los aguardientes envejecidos son suficientes para surtir el mercado, Don Pedro se arriesga. Aparece pues el primer "Fundador". Es el año 1874".

A pesar del título, no se trata de un libro de historia como tal, sino, más bien, una recopilación de anécdotas, teorías personales y de chismes relacionados con el mundo de la destilación, Jerez, el brandy y el cognac ordenadas de forma más o menos cronológica. Teorías como que el alcohol lo inventaron los cocineros chinos; o que los árabes andalusíes de Jerez, que tenían prohibido el consumo de vino, "no podían resistir la tentación de tanta viña moza y prohibida y, por lo visto como no les bastó el truco de las pasas, inventaron el truco del alcohol"; o que "en las casas de campo, las señoras, las amas de casa lo destilaban todo, por divertirse en la cocina" y que como alguno de estos destilados lo debieron guardar en las botas de sus bodegas particulares, "estas señoras descubrieron el brandy"; teorías como estas -y bastantes más- nos dan una idea de lo divertido que puede resultar la lectura de esta historia del brandy publicada en 1952 y reeditada en 2003 por el Consejo Regulador de la Denominación "Brandy de Jerez". 

De las casi trescientas páginas del libro, un tercio está dedicado a rastrear a través de la historia la invención de la destilación y, en concreto, de la destilación del vino en alcohol. El otro tercio habla propiamente del brandy de Jerez, su invención y su expansión en todos los mercados a lo largo del siglo XIX. Y el último tercio trata del modo de servir y beber el brandy, y de los modos de combinación con otros licores y bebidas para confeccionar cócteles.
A quien no le importe la falta de rigor en un libro de historia con tal de que sea ameno y divertido de leer, aquí tiene una buena referencia para pasar un buen rato.
¡Salud!

domingo, 18 de septiembre de 2011

LEIRANA BARRICA 2009. Albariño. Rías Baixas. España.

Tras probar el Albariño 2010 (anterior entrada en el blog), repetimos con este vino de Rodrigo Méndez, que ha tenido una fermentación en fudres. Es una buena ocasión para apreciar los matices que le aporta la madera.
Es de color dorado, más intenso que el Albariño 2010; y, en nariz, la madera se hace presente desde el principio. Las notas florales y de fruta blanca que distinguíamos en el 2010, son sustituidas por los aromas que le da su crianza en el fudre. Hay notas dulces, acarameladas, y matices especiados. Incluso recuerdos a hidrocarburo.
En boca nos encontramos con una acidez excelente. El vino resulta fresco, muy agradable, con untuosidad, cuerpo y carácter. Deja un recuerdo muy largo.
Como su hermano, el Albariño 2010, es uno de esos vinos que invitan a seguir bebiendo, a disfrutar.Si jugásemos a elegir entre este y el 2010 nos inclinaríamos por el segundo. Nos gustó mucho su discreta rotundidad y su forma de reflejar la especificidad de la uva albariño. No obstante, también pensamos que estamos ante un vino que permite una larga guarda y, ahí, seguro que ofrecerá muchísimo.
Su precio se encuentra alrededor de los 15 euros.
¡Salud!

sábado, 17 de septiembre de 2011

LEIRANA 2010. Albariño. Rías Baixas. España.


Tras la visita a la bodega Forjas del Salnés que reseñamos hace algunas fechas, pasamos a probar otro de sus vinos.

Este albariño es de color dorado pálido con matices verdosos.

En nariz nos gusta comprobar que no explota aromáticamente con notas tropicales desde el principio. Vamos, que no es un albariño que se disfraza de Rueda. Hay limpieza de aromas dentro de la discrección: flores y fruta blanca (pera). Con el tiempo se asoman frutas más dulces.



En boca nos parece elegante y delicioso. Un vino de los que se beben perfectamente sin necesidad de acompañamiento sólido. Es muy frutal, con una excelente relación entre acidez y dulzor.

Un vino seductor, como ya nos sedujo el Goliardo que probamos hace un mes y que nos llevó hasta Rodrigo Méndez, su creador. Pronto probaremos su Leirana fermentado en barrica para ampliar unas sensaciones que hasta ahora son muy placenteras.

Su precio supera por poco los 10 euros.

¡Salud!

viernes, 16 de septiembre de 2011

PRICUM 2007. Prieto Picudo. Tierra de León. España.

La denominación Tierra de León nació en el año 2007, cuando las uvas que originan este vino maduraban en las viejas viñas de Pajares de los Oteros, en León. Allí, en la bodega Margón, el famoso enólogo Raúl Pérez Pereira también ha dejado su huella. La variedad Prieto picudo ya está presente en nuestro blog; sin ir más lejos, hace poco tiempo que anotamos las impresiones del rosado de esta misma bodega. Hoy toca apreciarlas desde otra perspectiva.

El vino es de capa alta. Tiene un color picota y un ribete vivo que muestra su vitalidad.

En nariz destaca la madera. Ha envejecido 13 meses en roble francés y lo apreciamos. Hay aromas especiados y de cedro. También apreciamos notas terrosas.

En boca se muestra potente, con gran acidez y taninos vigorosos. Es de esos vinos que parecen pedir una comida contundente para expresar toda su capacidad.

No sabemos su precio, ya que nos lo regaló Rodrigo Méndez.
¡Salud!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

PRUNO 2009. Tinto fino (90%) y cabernet sauvignon.Ribera del Duero. España.


En junio de 2010 probamos el 2008. El 2009 aparece con una capa alta y ribete violáceo intenso. En nariz, pese a que se ha criado 12 meses en barricas de roble francés, nos ha gustado encontrar mucha y buena fruta; fruta roja bien madura. La madera está en segundo plano y aparece con notas de cedro.


Al probarlo notamos su potencia. Hay acidez y taninos poderosos, aunque también encontramos esa fruta que habíamos olfateado. Seguramente mejorará con meses en botella, cuando se vayan puliendo esos taninos.



Un vino bien hecho que cumple de sobra en cualquier comida. Tiene además un precio muy atractivo. Nos costó 9.95 en Lavinia.

Lo elabora la bodega Finca Villacreces, situada en la milla de oro de Ribera del Duero, en Quintanilla de Onésimo. Esta bodega se encuadra a su vez dentro del grupo Artevino, que incluye también a Izadi y Orben, ambas en Rioja, y a Vetus, en Toro.

¡Salud!