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jueves, 3 de mayo de 2012

LAYA 2010. Garnacha tintorera y monastrell. D.O. Almansa. España.




Es curioso cómo funcionan nuestros sentidos, o nuestro subconsciente. Buscando vinos económicos españoles para nuestro día a día, vimos la botella y nos detuvimos. Después pudimos leer en la etiqueta que es un vino de Almansa y pensamos en la garnacha tintorera; suficientes atractivos. Pero probablemene influyeron en nuestra mente otros factores sutiles, como la etiqueta y su grafía, la forma y modelo de la botella...; y es que son reconocibles  (y atraen, como deben haber estudiado los especialistas en márketing que están detrás del producto).Ya habíamos probado otros vinos en este modelo de botella y con una etiqueta y diseño parecidos. Y es que detrás de todo esto se encuentra el grupo Orowines, del que conocemos algunos vinos (los de bodegas Ateca, o El Nido, por ejemplo). Los signos externos son comunes y el objetivo también, la exportación;  por algo pone en la contraetiqueta  "red wine", y no vino tinto.


El vino es de capa alta, tirando hacia el azabache, con ribete aún amoratado. En nariz deja una agradable fruta acompotada, muy madura, con una madera suave, con notas de café.
En boca estamos ante un vino mediterráneo, de grado alcohólico elevado, que está muy bien compensado por la acidez. Tiene cuerpo, cierta densidad aportada por el glicérico del alcohol, un paso agradable, con su puntito dulzón que le hace muy apetecible. 
Un vino hecho con todas las posibilidades que da la tecnología;  sencillo,  pero que cumple; es  un vino que puede servir a los no habituales para disfrutar del mismo, y hasta triunfar en una cena con amigos que no sean muy exigentes en esta materia. 

Elaborado por Bodegas Atalaya, muestra el potencial español para vender en el extranjero.   Nos costó 4, 57 € en la bodega Santa Cecilia, de Madrid.
¡Salud!

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