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miércoles, 5 de octubre de 2011

BODEGAS SIN FRONTERAS: CATA EN LA U.E.C.


Estuvimos en la inauguración de la temporada de actos organizados por la Unión Española de Catadores, que nos sirvió para aprender sobre aspectos que habitualmente no aparecen reflejados cuando se trata de vinos españoles: su comercialización en el exterior.
La presentación estuvo a cargo de Maria Antonia Fernández Daza, wine consultor, enóloga y licenciada en Químicas. Preguntada por qué es lo que hace un wine consultor, nos contestó que, entre otras cosas, realiza auditorías de los fondos de vino con los que cuenta una bodega para determinar cuál es su verdadero valor. También se dedica al asesoramiento de empresas vinícolas para la exportación. Además participa en seminarios y catas organizadas por las Comunidades Autónomas y las Denominaciones de Origen para dar a conocer sus vinos a profesionales nacionales y extranjeros.
Maria Antonia Fernández Daza
"Somos malísimos vendedores; vendemos con demasiado orgullo". Según María Antonia, dos son las causas de que el vino español en el mundo no tenga una imagen definida de prestigio. Una, que el vendedor español "no escucha al comprador", carece de la flexibilidad suficiente para ofrecer al mercado externo lo que éste le está solicitando; sabe que ofrece un buen producto y se sorprende de que se le pida algo distinto. La segunda causa es la falta de unión de los productores españoles para promocionar sus vinos. Nos cuenta que hace 25 años ya se estaba trabajando por unificar toda la promoción exterior bajo la imagen de "vinos de España", pero que, con la creación de las Comunidades Autónomas y la competencia entre las Denominaciones de Origen, toda esa labor se ha perdido y, desde entonces, no hemos avanzado nada.
Presentó la selección de vinos que inauguraba la temporada de catas en la UEC como la demostración de que algunas empresas españolas sí están reaccionando para escalar puestos en ventas, en prestigio y posicionamiento en el mercado exterior. Y lo están haciendo aprovechando uno de los grandes valores que distinguen a España del resto de países productores de vino: su diversidad. Nuestro país aún conserva numerosas variedades autóctonas a pesar de la masiva plantación de variedades foráneas, sobre todo francesas, que se ha dado en la mayoría de las D.O.; y de la extensión de la Tempranillo a todo el país, en detrimento de la Garnacha, hasta hace pocas décadas la variedad dominante en cuanto a las uvas tintas.
Hoy son cuatro las empresas que lideran la exportación de vino en España. Se trata de cuatro joint ventures recientes (Orowines, Vintae, Vinnico Export y Abanico Wines) creadas por extranjeros o por españoles residentes en el extranjero que, apasionados por los vinos españoles, deciden crear estas empresas para abastecer la demanda en sus respectivos países.
Tienen en común la idea de ofrecer al consumidor extranjero vinos de variedades españolas procedentes de terruños especiales. Para ello, estas empresas no tienen bodegas propias sino que trabajan con cooperativas y bodegas particulares que tengan buena capacidad de producción, elaboren variedades tradicionales y hagan un vino con una buena relación calidad/precio. Su búsqueda por el viñedo español es constante para encontrar los bodegueros que les suministren justamente aquello que el mercado exterior está demandado. Por eso, también, las etiquetas de las botellas presentan un diseño tan atractivo.
Los vinos que María Antonia nos presentó son los siguientes:
1.- SPANISH WHITE GUERRILLA 2010. Albariño. Valle de Sadacia. Es un Vino de la Tierra, que muestra en nariz la floralidad y la frutosidad (con recuerdos tropicales) que se lleva en los albariños gallegos modernos. En boca muestra acidez correcta y cierta untuosidad que le aporta la crianza sobre lías.
Pertenece a la bodega Castillo de Maetierra, única bodega riojana especializada en blancos y que dio origen a la denominación arriba citada. Fue el origen del grupo Vintae que agrupa a otros proyectos vinícolas: De Bardos, en Ribera del Duero; Finca Monastir, en Navarra; o Matsu, en Toro.
2.- KENTIA 2010. Albariño. Galicia.
Se mostró más fresco que el anterior. En olfato encontramos sobre todo notas herbáceas, aunque también de champiñon y hasta recuerdos de hidrocarburo. En boca la acidez estaba también más acentuada. Fue el primer vino de la empresa Orowine que catamos. Esta empresa nació gracias a la actuación de Jorge Ordóñez, agente que trabajaba en EEUU, y ahora la familia Juan Gil (los de Jumilla) parece que han tomado el control y participan en varias bodegas españolas, suponemos que para ampliar horizontes comerciales.
3.- SPANISH
WHITE GUERRILLA 2009. Viognier. Valle de Sadacia.Un fermentado en barrica que tiene sobre todo... barrica. Color precioso, aroma intenso dulzón (como de crema de cacahuete y un poco de coco) de la madera y una boca en la que ese aroma se mantiene mucho tiempo. El paso es muy agradable. Es un vino que, sin duda, tendrá su público.
4.-SHAYA HABIS 2009. Ver
dejo. Rueda.Una apuesta por la calidad de Rueda por parte de Orowines. Apreciamos la tropicalidad de la verdejo, sin explosiones desmedidas, y una boca con equilibrio y buenas sensaciones globales. Hay crianza en barricas nuevas que no enmascaran la fruta. 
5.-TEMPESTAD 2010. Godello. Valdeorras.Un blanco elaborado en la cooperativa Virgen de las Viñas, que pertenece al grupo Abanico, que cuenta con proyectos en más de una docena de denominaciones españolas y argentinas. El punto de partida es la creación de Las Colinas del Ebro por parte de Rafael de Haan y Nuria Altès.El vino, con dos meses sobre lías, ofrece notas nítidas de manzana dulce o dulce de membrillo. En boca resulta muy agradable, con equilibrio entre acidez y dulzor. También apreciamos, como en el primero, alguna nota de hidrocarburo (¿cosas del suelo paleozoico gallego?). 
6.- COMOLOCO 2010. Monastrell. Jumilla.
El primer tinto fue este joven elaborado para el mercado estadounidense: 150.000 botellas a un precio de unos 5 euros. La mano de Juan Gil se nota en la calidad conseguida. Nos sorprendió su bonito y vivo color, acompañado de una inusual capa ligera. Nos gustó su frutosidad, tanto en boca, como en nariz. Tiene toques de un buen maceración carbónica, con una boca estupenda, de vino bien hecho con los taninos de la fruta mostrando su potencial.
7.- MATSU 2009. Toro. Tinta de Toro.
Viñas centenarias (o casi), poca producción, técnicas biodinámicas, una región de potencial enorme... y 14 meses de barrica nueva. ¡Toma ya! Pues eso, que muchos taninos maderosos y un vino que no se disfruta. Una pena. Los de Vintae deberían tomar nota. Por lo visto estos grupos empresariales tienen una capacidad muy grande de reacción ante los gustos del mercado. Dudamos de que este vino tenga mucha aceptación.
8.- TOSALET 2009. Garnacha, cariñena y cabernet sauvignon. Priorat. Un vino perteneciente a la empresaVinnico Export, fundada por Nicholas Hammeken hace 15 años. Desde su sede en Javea, controla un conjunto de marcas repartidas por toda la geografía española, con protagonismo para las viñas viejas. Este Tosalet es un vino de introducción al Priorat. Económico pero con calidad. Muestra también poca extracción en cuanto al color (algo que nos sorprende, como en el caso del Jumilla, porque parece ir en contra de la tendencia dentro de España) y en nariz nos dió buena fruta. En boca también resultó agradable, con una carga alcohólica bien compensada.
 
9.- MANIUM 2007. Mencía. Bierzo.
Otro (y van...) vino de Raúl Pérez. ¿Es que este hombre no duerme? Por lo que nos cuenta María Antonia, no. Pues mejor que ver la tele es hacer vino, así que ¡bien por el insomne de Raúl!. En las Bodegas Estefanía
se elabora este vino, del grupo Abanico, a partir de viñas veteranas de Valtuille. Aquí también apreciamos que la madera, concretamente el tostado de la misma, resta protagonismo a la fruta. La mencía no se expresa con suficiencia. 
10.- CREENCIA 2006. Monastrell. Yecla.
Terminamos los tintos, y la cata, con otro monastrell. Y resultó el mejor tinto. No en vano acaba de ganar el premio Baco de Oro. Pues bien, desde Yecla (la única denominación española que coincide con un solo término municipal) aparece este tinto
de Vinnico Export elaborado a partir de cepas de pie franco (¿se aprecia en nariz, o en boca, este hecho? Habrá que investigar).
Este vino ha tenido una crianza de 8 meses en barrica de un año y  lleva en botella más de 3 años. Pues muy bien por los responsables. El vino muestra complejidad, concentración, expresa perfectamente la variedad (deliciosas notas de ciruela madura). Boca excelente. El precio debe rondar los 15 euros.
Pues esto es lo que dio de sí la cata. Nos quedamos con cosas positivas: en España se pueden hacer muy bien las cosas, y la relación calidad-precio de los vinos es excelente.
Además hay que valorar a estas empresas. Aunque es muy seductor eso del vino exclusivo (y hasta raro) por aquello de la distinción (somos los primeros en subirnos a ese carro), en el día a día son necesarios vinos como estos, que dan buenos vinos con sencillez y a precios asequibles. Estos proyectos hacen mucho por el agro español, por mantener puestos de trabajo, zonas de cultivo centenarias, población en el interior rural...
Finalizamos agradeciendo a la UEC y, especialmente a Daniel, su trabajo.
¡Salud!

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