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domingo, 11 de diciembre de 2011

MARCIAL DORADO. QUINTA DO FEITAL.

Quinta do Feital es el nombre de una  preciosa finca de doscientos años que hace treinta fue comprada por el padre de Marcial Dorado. Hace unos doce años Marcial inició un camino autodidacta, aprendiendo de los errores, que le ha llevado a realizar unos vinos albariños reconocidísimos.
Nosotros le conocimos gracias a Miguel, de la taberna A Curva de Portonovo. Miguel nos dio a probar su Dorado Superior 2004 y se nos quedó grabado. Más tarde pudimos comprar el Auratus 2010 y el Dorado Superior 2009. Resultado: había que conocer a Marcial.
Quinta do Feital: un anfiteatro natural.
Y así llegamos hasta esta finca que nos recibió con olores a bosque húmedo; un lugar a un kilómetro del Miño, a tres del Atlántico y regado por dos manantiales. Aquí Marcial practica una agricultura ecológica, con algunas técnicas biodinámicas, para tratar de expresar de la forma más honesta posible el fruto de esa tierra a través de una intervención humana respetuosa con el medio. 
Marcial Dorado
Se nota que Marcial es de una generación distinta a la de su padre, que iba más a la idea de negocio; él apuesta por una fórmula que atiende al corazón en primer lugar, que busca un regreso a la tierra, a una tierra llena de vida y bien tratada, a la que hay que observar constantemente para aprender de ella.
Tiene plantadas las variedades albariño, caíño blanco y treixadura, y elabora unas 70.000 botellas de Auratus y unas 15.000 de su Dorado Superior. Va poco a poco, apostando por el boca a boca en el conocimiento de su vino. No puede decirse que se haya hecho rico con el proyecto (los costes de producción son muy altos) pero es un tipo feliz con el que da gusto estar. ¿Tendrá eso que ver con la calidad de sus vinos?
En cuanto a sus vinos, ya tenemos el comentario de su Auratus, de su Dorado 2009 y habrá alguno más. 
Por cierto, pudimos probar un Dorado 2008 sin sulfuroso y un interesantísimo Oloroso (Doloroso, como lo llama Marcial); un vino generoso elaborado en una barrica, con uvas recogidas en la finca a finales de noviembre de 2001, con botrytis, que fermentó y alcanzó los 17 grados de alcohol de forma natural, sin encabezar. Un vino con olores a coco, a azúcar morena, a frutos secos...; y con una boca impresionante. 
Doloroso
Nos contó que en una cata ciega de vinos generosos, todos los asistentes se quedaron descolocados con este vino que se parecía mucho a los jerezanos, pero con una acidez estupenda, de la que estos carecían. ¿Qué demonios era eso tan rico que estaban probando? Pues un oloroso elaborado con uva albariño. Esto es lo maravilloso del vino: cuando ya crees que conoces un poco de este mundillo, viene un personaje como Marcial Dorado que te hace replantearte todo otra vez.
Habrá que seguirle la pista a este duende galaicoportugués.
¡Salud!

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