Aldo Vajra |
Detalle de los tapones especiales de las botas de roble |
Él nos insistió que su sueño es lograr algo bueno, no el mejor vino
del mundo, ese vino elevado a los altares por los periodistas del momento y que
provoca que muchas bodegas den bandazos en su producción buscando satisfacer a
la crítica.
Delante de las barricas, Aldo nos comentó que las nuevas se
reservaban para el Barbera y solo las que tienen tres o más años, las que no
van a enmascarar el vino,
albergarán su nebbiolo, lo mejor
de la casa.
En la sala acondicionada para catar pudimos seguir charlando
con Aldo mientras degustábamos lo que nos ofreció. Comenzamos por el PETRACINE
2010, un Langhe. El nombre es el sinónimo de la riesling en esta zona. Se trata
de un blanco del que solo se produce una botella por cepa y que estaba abierta
desde hacía tres días (en la nevera y sin hacer el vacío). Un vino fresco, con
notas florales y herbáceas nítidas y de calidad.
Momento para que Aldo
nos comentara que los vinos son seres
vivos, que cambian, como las personas, y que se perciben de forma distinta en
función de factores como el estado de ánimo o la compañía.
El segundo vino fue el DOLCETTO 2010. Nos gustó percibir una
fruta dulce madura, que no azucarada,
junto a notas como de té. En boca mostró buena acidez, unos taninos presentes
aunque agradables, con ligero amargor; un vino que busca la elegancia.
A continuación probamos el COSTE&FOSSATI 2010, otro vino de pequeña producción (6.700 botellas), de bonito color remolacha (como el anterior), aunque más cubierto de capa. Junto a la fruta, encontramos aromas a hierba seca, a mimbre. En boca mostró mayor corpulencia, con taninos más marcados.
El cuarto fue un BARBERA D`ALBA 2009. Vino perfumado, con
mucha fruta roja, fresco y equilibrado en boca.
Pudimos seguir charlando con Aldo sobre su idea de vino.
Busca un vino placentero, bebible ante todo,
no un vino para el que la gente se ponga a pensar sobre sus componentes,
elaboración, etc. Él se considera un acompañante del vino, alguien
que ayuda a que la fruta de una tierra determinada se exprese en forma líquida.
El BARBERA D`ALBA 2008 fue el siguiente vino. Es un Barbera
Superiore, lo que quiere decir que ha tenido al menos un año de envejecimiento
en botella. Resultó más redondo, con más cuerpo, más placentero que el anterior.
Plano con algunos de sus viñedos |
Aldo, buen conversador, nos contó que tiene algo menos de 70 hectáreas, y que
elabora unas 400.000 botellas; un volumen y un tamaño que considera abarcables
para lograr una producción de calidad. Y es que ese amor, esa pasión por lo que
hace, le lleva a estar todos los días en
la viña. Todos los días visita al menos un viñedo, como el de esta mañana, en el que ha descubierto
que hay tres cepas en un viñedo de Dolcetto, que no lo son. Un cariño que ha inculcado a sus
tres hijos, que trabajan con él, y que se aprecia en anécdotas como la que nos
contó sobre el día de su boda. Día lluvioso en el que acudió a casarse tras
estar en la viña, acudiendo a la ceremonia con los zapatos embarrados, para
disgusto de su madre. Se considera agricultor y busca cuidar la diversidad que
ha encontrado en sus diferentes viñedos, de ahí que produzca bastantes vinos.
Aprovechamos este momento para preguntarle
sobre la biodinámica y las tendencias ecológicas que parecen ser una moda más
en este mundillo. Nos contó que ya tomó contacto con ellas en sus tiempos de
estudiante en Turín, cuando se daba un curso de “Ecología”. Eran los años
setenta y ya se dio cuenta, por ejemplo, de que los compuestos de cobre se
acumulaban en el suelo. En los noventa renunció a poner una identificación de biológicos a
sus vinos. ¿Por qué? Para él, la definición de vino que da la Unión Europea es muy
clara:"fermentación del zumo de la uva”, algo que es natural, y Aldo defiende
esa idea. Quiere hacer un vino para él, para su padre, para sus hijos. Recurre
al mensaje de “amaos los unos a los otros” para indicar que busca un vino que
exprese ese concepto tan sencillo. De este modo, pone muy poco sulfuroso en el
vino. Si está sano y/o es joven no añade, y si va a envejecer le pone un poco para
tener seguridad en su evolución y conservación. En cuanto a las levaduras, usa un compuesto
denominado BRL 97, fruto de su
colaboración con la
Universidad de Turín, en un estudio que buscó las mejores
levaduras autóctonas de la zona.
Seguimos catando y pasamos al LANGHE 2009, todo un nebbiolo,
con su delicadeza y floralidad. Pudiera haber pasado por un borgoña, aunque sus
14,5% de alcohol revelaban su verdadera identidad. Un vino de uvas jóvenes
plantadas en una pendiente elevadísima. Nos gustó la identificación que hizo de las
viñas jóvenes como alocadas, frente a las veteranas, expertas, que se saben
defender de maravilla.
En este momento también nos enseñó una muestra de la arcilla
gris característica de la región, la clave de todo.
El séptimo vino fue el ALBE 2007, también joven, fresco, que
quedó eclipsado por el recuerdo del anterior.
Recondujimos el rumbo con el BRICCO DELLE VIOLLE 2007, otro
nebbiolo estupendo, esta vez Barolo auténtico, con capa ligerísima, elegante y
delicado en nariz;un juego de fruta y flor. La piel de la uva de la nebbiolo
está en ese aroma, nos comentó Aldo.
Finalizamos con dos particularidades. La primera fue un
MOSCATO D´ASTI, un vino que es lo contrario de los anteriores en cuanto a su
naturaleza, puesto que es un producto de la tecnología, capaz de crear un vino
de burbuja finísima y aromas intensos a flores que funciona en nariz con
absoluta precisión.
El segundo, y fin de la cata, fue un BAROLO QUINATO. Estos
vinos son particularidades de la región, forman parte de la cultura alimenticia
de Barolo. Partiendo de un buen barolo, se crea un vino a partir de fórmulas
locales que se pierden en el tiempo. Para nosotros oler este vino fue como
entrar en la tienda de las especias, de los ultramarinos de antaño, de los buenos herbolarios.
Gran mañana, la que nos regaló Aldo Vajra.
¡Salud!
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