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domingo, 17 de junio de 2012

PAISAJES LÍQUIDOS MADRILEÑOS


Estuvimos en la Bodega de los Reyes de Madrid (C/ de los Reyes, 6), invitados por el Club de cata Madrid, para probar una selección bastante amplia de vinos madrileños, de sus tres subregiones, incluyendo vinos premiados recientemente en la XXV Cata Premios Viña de Madrid 2012. En ese concurso estuvo como jurado Luis Vida, enólogo, catador, gran divulgador y maestro, que nos dirigió en esta sesión recorriendo los "paisajes líquidos" (concepto que nos gusta mucho y que él acuñó), de la Comunidad de Madrid.

Luis Vida comenzó refiriéndose al concurso, la forma de catar, puntuar y premiar los vinos, y a continuación hizo una breve introducción a la Denominación de Origen Vinos de Madrid. De ella comenzó diciendo que se trata de una falsa DO puesto que no nace para salvaguardar una determinada variedad o para potenciar los vinos de un determinado suelo o clima. En realidad, por tierra y por clima, no debería haber una DO sino tres:

  • Arganda, como prolongación natural de La Mancha. Sus suelos son arcillosos y calizos y el clima, continental extremo. Esta zona se ha dedicado históricamente a producir vinos baratos para la ciudad de Madrid. Las variedades principales de Arganda son la tempranillo, para las tintas; y la malvar, para las blancas.
  • Navalcarnero, zona más alta y cercana a Gredos. Está compuesta por un terreno aluvial principalmente arenoso, con un clima más tibio que Arganda. También fue región de abastecimiento de graneles de Madrid. Se cultiva principalmente garnacha y malvar como uvas tintas y blancas respectivamente.
  • San Martín de Valdeiglesias actualmente es la zona más importante de la DO. Situada en las faldas de Gredos, sus suelos son pizarrosos, pero también de granito y gneiss; y en ellos se da la garnacha, que encuentra en el Valle del Tiétar un microclima mediterráneo muy favorable, y también la blanca albillo real. 
En la actualidad son 46 las bodegas acogidas a la DO: 27 en Arganda, 8 en Navalcarnero y 10 en San Martín de Valdeiglesias. Entre todas producen unas 73 marcas de vino que salen principalmente al mercado exterior, con Alemania, Norte de Europa y Estados Unidos como principales clientes.

Los vinos que probamos fueron los siguientes:

TAPÓN DE ORO BLANCO 2011
Primero de los tres vinos blancos de la noche, mezcla de malvar y moscatel de grano menudo. Procedente de la subregión de Navalcarnero, es de Bodegas Ricardo Benito, y ha ganado el premio Gran Viña de Madrid 2012, al mejor blanco del concurso.
Un vino de color más acerado que dorado, como corresponde a su juventud, que en nariz comenzó enseñándonos los aires florales de la moscatel, sus tonos amielados y su fruta fresca. Pronto la malvar hizo acto de aparición y acabó por imponerse con notas de "panchito" (o "kiko"). Mantuvo mucho tiempo sus aromas.
En boca se mostró interesante y bien elaborado, combinando un puntito de dulzor en la entrada (ligero), con un paso untuoso (13,5% de alcohol) y más seco, y un final fresco, de buena acidez.

GREGO MOSCATEL SECO 2010

En la subzona de Arganda está  Vinos Jeromín, S.L. Es una de las grandes productoras madrileñas, con muy buena implantación comercial en la región, y que elabora bastantes vinos. Este blanco de moscatel de grano menudo, de tono dorado pálido, nos ofreció notas olfativas curiosas una vez que se aireó (hubo que esperar a que los aires  pesados de las lías se despejaran): hierbas, flores de agua de colonia, hierbabuena y, con el tiempo, puntas cítricas. En boca mostró acidez destacada, algo en punta, que demanda tiempo de guarda en botella, cierta sequedad y una carga alcohólica (14,5%) que pasó desapercibida. Este vino ha ganado el Viña de Madrid de Oro 2012, segunda categoría del concurso que hemos citado.

CANTOCUERDAS 2010
En la subzona de San Martín de Valdeiglesias, mirando hacia la Sierra de Gredos está la bodega Bernabeleva, algunos de cuyos vinos ya hemos probado e introducido en el blog. Sin ir más lejos, hace unos meses probamos el 2009 de este Cantocuerdas.
 Este blanco de albillo real (que parece ser una variedad distinta a la albillo mayor, de Castilla y León) es de color dorado intenso. En nariz mostró notas amieladas, de membrillo, de níspero maduro, rasgos minerales y finalizó con recuerdos de marrón glacé. Fermentado en barrica, la madera se mostró bien integrada, con notas especiadas.
En boca se comportó mejor si cabe. Sedosidad, elegancia, persistencia, perfecto equilibrio entre acidez y alcohol (14,5%). Una muestra de lo que puede dar de sí esta variedad bien trabajada, y que nos lleva a recordar, de la misma bodega,  al Navaherreros, con albillo y macabeo; o al Picarana de Fernando García, de Bodega Marañones, otro puntal en este tipo de vino.
PUERTA DE ALCALÁ 2011

Pasamos a los tintos. Volvemos a Arganda y a Bodegas Jeromín, que elabora este joven con tempranillo y syrah. De capa altísima y color remolacha, en nariz apreciamos la intensidad del syrah mediterráneo español, con sus notas de ciruela pasa y recuerdos de tinta. En boca resultó frutoso, cálido, intenso. Un tinto sencillo, con cierto aire rústico, de vino del año,  que nos agradó (los afeites de la moderna enología llegan a resultar cansinos). Y además está el precio, unos 2 € la botella. Se puede disfrutar del vino sin excusas económicas.
ALMA DE VALDEGUERRA 2011
En Villaconejos, subzona de Arganda, Vinos y Aceites Laguna S.L. elabora este tempranillo, también de capa altísima. En nariz nos sorprendió su limpieza frutal, con mora y frambuesa en abundancia; sin embargo, en boca se  nos cayó del pedestal. Bastante astringente, es de los que no invitan a continuar bebiendo. Ha ganado también un Viña de Madrid de Oro.

NAVAHERREROS 2009

Ya conocíamos a este vino de Bernabeleva, concretamente el 2007, cuando empezábamos en el blog. Un garnacha que surge de la mezcla de uvas de varias fincas. En nariz notamos un poco su 15% de alcohol, aunque encontramos buenas notas especiadas, de fino tostado (el de sus botas de roble de 500 litros) junto a la fruta roja.
En boca mostró categoría, con excelente acidez y una tanicidad bien medida. Ya estamos, eso sí, en un vino que supera por poco los 10 €.

GARNACHA DE VIÑA BONITA 2009
Bernabeleva tiene también sus vinos de finca y aquí entramos en otro nivel. En precio, por encima de los 20 €, pero, sobre todo, en concepto. Aquí se busca un vino que exprese terruño, mineralidad a tope, ligereza, sutileza, elegancia y equilibrio. Y está conseguido todo eso. La capa es ligerita, la nariz deja siempre ese recuerdo mineral, de tierra húmeda, de piedra musgosa, con alguna nota de madera vieja y alguna puntita cítrica.
En boca se mostró con rectitud, equilibrado, elegante, en clave borgoñona. Uno de esos vinos para disfrutar en una charla tranquila durante horas, a traguitos.  Gran trabajo de Marc Isart, el enólogo.
TEJONERAS 2008

Cambiamos otra vez de registro para irnos a un vino de corte moderno internacional.  Syrah, cabernet sauvignon y merlot están en su base, bien combinadas con una madera amable. De capa alta, en nariz nos dio notas ahumadas, balsámicas, especiadas (pimienta, vainilla), junto a una fruta negra madura, concentrada, con recuerdos a breva, a membrillo.
En boca este vino de Navalcarnero, elaborado en Bodegas Nueva Valverde S.A., mostró elegancia, con todo en su sitio, sin aristas. Un vino con cuerpo pero agradable, con persistencia. Otro ejemplo de relación calidad-precio óptima (está alrededor de los 7€), bien hecho, para agradar a un público amplio y que no desentona entre los que son más exigentes. Ya nos gustó en su momento el 2006.  Ha sido uno de los ocho ganadores del Viña de Madrid de Plata, tercera categoría del certamen.

TAGONIUS ROBLE 2008


Bodegas Tagonius, perteneciente a la subzona de Arganda, estuvo presente en la cata con dos vinos. Este, dentro de una línea económica, se quedó, en el contexto de una cata tan variada, en una tierra de nadie. En nariz mostró aromas poco elegantes, bastante coco y pimiento bien asado. En boca apreciamos el punto de dulzor frutal y su corrección, dentro de la sencillez. Un vino de perfil comercial donde lo que prima es el precio.

FÉLIX MARTÍNEZ RESERVA CEPAS VIEJAS 2008

Bodegas Jeromín volvió a aparecer sobre la mesa con su producto estrella, el vino señero, el que lleva el nombre del patriarca (Grego y Manu son los hijos y dan nombre a otros vinos de la casa).
Aquí están las viñas veteranas de tempranillo (90%), con una capa azabache, y con mucha concentración frutal, a lo que se suman la tinta china, la pimienta negra, el regaliz y una madera de calidad. Los recuerdos a los Ribera del Duero son bastante claros.
En boca mostró también esa concentración. Todavía hay astringencia, aunque no hiriente, que augura gran potencial de guarda ya que hay muchísima fruta, que ha podido con la madera, gran acidez y sensaciones aterciopeladas más que interesantes. Habría que buscar alguna añada anterior. Ha ganado el Gran Viña de Madrid 2012 en su categoría de añadas de 2009-08.

MANU 2007
Éste es el vino de autor de Bodegas Jeromín. Manu, el enólogo que está detrás, ha buscado un vino que no deja indiferente. Compleja nariz: tinta, aceituna negra, mineralidad, madera elegante por lo discreta, y mucha fruta roja. En boca mostró poderío y concentración, pero con control. Otro vino para disfrutar mucho rato y que da prestigio a la casa (son menos de 7.000 botellas). Este crianza ha sido uno de los 8 ganadores del Viña de Madrid de Oro de este año.

TAGONIUS 2006
El hermano mayor del que comentamos anteriormente, y que ya probamos en su momento (fue el 2004). Ganador del Gran Viña de Madrid 2012 en la categoría de añadas anteriores a 2007, está elaborado mezclando tempranillo, cabernet sauvignon, syrah y merlot. También quedó algo eclipsado por los anteriores. Nos dejó notas de pimiento asado en nariz y una boca con entrada dulce, buen cuerpo, con acidez y alcohol equilibrados.

QUBÉL 2006
Terminamos con cierto riesgo, volviendo a una garnacha, en este caso elaborada en Arganda y procedente de una bodega que apuesta por lo ecológico. Pues bien, nos encontramos con un vino de capa ligera y con una nariz interesante, combinando recuerdos minerales y  fruta roja en sazón. En boca detectamos redondez, con una acidez excelente. Aguantó el tipo tras todos los vinos anteriores.

Tras la cata merece la pena hacer alguna valoración. Estamos ante una región vinícola bastante joven  que ha tenido que hacer frente a numerosos prejuicios y dificultades, como la identificación de Madrid con la capital y su espacio urbano, asociado a un gran desconocimiento del campo y la agricultura madrileños, o el peso de las grandes regiones vitivinícolas españolas, que tienen en el mercado madrileño buena parte de su negocio y tratan de acapararlo.
El caso es que esas dificultades parecen haber servido de acicate a un puñado de valientes productores que las han contrarrestado por la vía de la calidad y la osadía. El resultado: muchos y buenos vinos a un precio excelente.  La de hoy fue una muestra pequeña pero significativa de la variedad tanto geográfica como elaboradora de los vinos de esta región. No podemos sino recomendarlos porque aseguran ratos muy placenteros.

¡Salud!

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