EN INSTAGRAM

Sígueme también en Instagram

martes, 28 de agosto de 2012

SAN GIUSTO A RENTENNANO

Bettina y Lucca
Nos trasladamos al pueblo de San Giusto alle Monache, provincia de Siena, para seguir conociendo las características del chianti y sus distintas elaboraciones. Gracias a nuestro amigo Marco Gazza pudimos contactar con Bettina y Lucca, quienes nos abrieron las puertas de su casa, la hacienda San Giusto a Rentennano. Lucca nos empezó contando que la hacienda es lo que queda de un antiguo latifundio en el que el señor de turno establecía contratos de aparcería con campesinos, que tenían casa, tierras y animales para llevar a cabo una economía agraria tradicional. Hoy cuentan con 30 hectáreas de viñedo, en su mayoría sangiovese, entre otros cultivos.


Lucca y su hermano empezaron a embotellar su propio vino hace 35 años. Antes su padre hacía vino para venderlo a granel. Eran otros tiempos, en los que primaba la cantidad para obtener unas liras que ayudasen en la economía familiar. Elaboran unas 85.000 botellas, de las cuales el 60% va al mercado exterior.

Las viñas se asientan sobre un terreno arenoso con cantos y tufo (antiguos fondos marinos). Practican una agricultura ecológica, visible en prácticas como la realización de preparados naturales vigorizantes (a base de algas marinas o aloe vera) que permiten reducir a la mitad las dosis necesarias de cobre y azufre frente a oídio o mildiu. También elaboran su propio compost, a partir de los restos orgánicos que genera la granja.


Para elaborar los vinos se utilizan los depósitos de cemento y de acero. Para la crianza prefieren más tiempo de permanencia en madera pero con menos porcentaje de madera nueva. Además, como estamos ante una antigua instalación agropecuaria, cuenta con el espacio suficiente para guardar el vino embotellado un año más, antes de su salida al mercado.


Finalizamos la visita probando los vinos que Lucca nos ofreció. Buen conversador, anda el hombre bastante preocupado por la sequía de este año -se ve mucha hoja seca en las viñas-.


Primero  probamos el Chianti Classico 2010, 95% sangiovese y el resto, canaiolo. Nos comentó Lucca que esta zona, en torno a Gaiole in Chianti, es uno de los focos originarios de este tipo de vino. De color cereza oscuro, nos ofreció fruta madura, tanto en nariz, como en boca. Mostró una acidez estupenda y unos taninos bastante afinados. El vino sencillo de la casa dejó un buen recuerdo, con una elaboración de gran calidad. Cuesta 12,50 € en la bodega.


Continuamos con el Riserva Le Baroncole 2009. Es otro Chianti Classico, elaborado con las mismas uvas e idéntico porcentaje, pero con la diferencia de que la selección de los granos es más cuidadosa. Además, tiene ocho meses más de crianza en madera. Con el mismo color que el anterior, en nariz muestra una evolución interesante según se va abriendo. Hay fruta roja, notas florales y aromas avainillados y de galleta de coco. En boca, una buena acidez equilibra sus 14,5º de alcohol. Tiene unos taninos firmes pero no desagradables. Se aprecia que en su crianza ha habido muy poca madera nueva. Este vino aún es joven -acaba de salir al mercado-, pero muestra muy buenas maneras y va por la vía de la elegancia.

Los siguientes fueron sus vinos más caros. El Percarlo 2008 (37€) es un sangiovese de pura raza, criado en barrica durante 22 meses. De un color cereza vivísimo, en nariz nos aportó fruta negra, especias, trufa. Al probarlo, mostró su juventud, con taninos poderosos y con una salinidad característica procedente del sustrato de tufo. Es un vino para guardar y disfrutarlo con el tiempo y con tiempo. Este vino nació en 1983, cuando por ley un chianti no podía tener un 100% de sangiovese. Podría entonces considerarse este Percarlo como un “supertoscano”. Lucca nos contó en este momento que en abril llegó a la bodega el agente de Parker en Italia para hacer una cata vertical de todas las añadas de este vino. La cosa salió bien porque la puntuación mínima fue de 92, pero comentamos que no parecía muy justo que en apenas hora y media que estuvo allí, catando, escribiendo en el ordenador y mirando el reloj una y otra vez; se juzgase la labor y el esfuerzo de toda una vida. Lucca añadió que la culpa también es parte de los bodegueros, que aceptan esta “dictadura”.


La Ricolma 2009 es un merlot de la Toscana. Con una capa alta de tono remolacha y ribete púrpura, en la copa desarrolla aromas concentrados de fruta negra y betún. En boca la merlot se expresó con dulzura, acompañada de recuerdos avainillados de una madera que aún está muy presente en este vino recién embotellado.
En los cuatro vinos hay una línea homogénea de calidad, apreciable en detalles como el buen recuerdo que dejan en la boca pasado ya bastante tiempo.

Finalizamos con su Vin San Giusto, su Vin Santo, el vino que se tenía en las casas para ofrecer al recién llegado como muestra de hospitalidad y el que el cura usaba en la misa -de ahí su nombre-. Es un malvasía (90%) y trebbiano. Se elabora a partir de la pasificación de las uvas en cajas durante tres o cuatro meses. A comienzos del invierno se prensan estas pasas. El mosto acaba en una bota de castaño viejo en el que ha estado el anterior Vin Santo. Allí fermenta muy lentamente, con la madre, de otros vinos, que no se ha extraído, y permanece en crianza durante seis años. Es de color caoba y en sus aromas encontramos pasas, miel y membrillo. Al paladar su dulzor no sorprende tanto como su acidez. Nos vinieron recuerdos de marrón glacé, castañas en almíbar. Es un vino de acogida de gente muy acogedora, como Lucca y Bettina, a quienes agradecemos el tiempo que nos dedicaron.
¡Salud!

No hay comentarios:

Publicar un comentario