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jueves, 4 de octubre de 2012

CAFÉ DE GOMARIZ. España

Cuando a comienzos del mes de Julio estuvimos visitando la bodega Coto de Gomariz en Leiro, Ourense, su enólogo Xosé Luis Sebio nos contó que fue un empeño personal del propietario el que se elaborara un licor de café de alta calidad con los mejores ingredientes. Así, primero, se parte de un orujo a partir de bagazos de treixadura, godello, loureira y albariño que se deja reposar un mínimo de un año en depósitos de acero inoxidable. Después se macera el café y el azúcar. Pero no es cualquier café, sino dos Arábicas procedentes de Guatemala -Volcán de Oro- y Colombia -Pico San Cristóbal-, ambos cultivados en laderas de entre 1500 y 2000 metros. Y el azúcar es puro de caña y viene de la Isla de la Reunión, en el Océano Pacífico. 
Alambiques de cobre de 300 l. para la elaboración del orujo
Los tres primeros meses se agitan diariamente todos estos componentes para que, más tarde, durante otros tres, se clarifique el licor por decantación natural. Se embotella sin ningún tipo de filtrado y, antes de sacarlo al mercado, reposa durante, al menos, otro mes más. Tras esta explicación, no dudamos ni un instante en comprarnos una botella para disfrutarla y comentarla en Vinoencasa.
Este Café de Gomariz cae denso en la copa y presenta un color castaño-caoba con reflejos dorados en el ribete. Al moverlo, deja una lágrima que resbala lentamente y tinta de café el cristal. En nariz lo primero que aparece son sus dos principales componentes: orujo y café. Pero también se aprecian aromas de miel de caña, tostados (cacao), cáscara de naranja y regaliz negro. 
En boca entra dulce, pero tiene un dulzor que se equilibra con el amargor del café negro y hace que no resulte empalagoso. Por vía retronasal se detectan los aromas del café recién tostado y el recuerdo -muy largo- que deja en el posgusto es el de haber masticado un grano de café torrefacto. 
El paso es denso y muy suave: no se notan apenas sus 30º de alcohol si se toma fresco, recién sacado del frigorífico. En este sentido, lo hemos probado también con varias horas de congelador y no nos ha satisfecho el resultado: se pierde en demasía el dulzor y se potencian los tostados y los amargores.
Este magnífico licor de café, del que por desgracia o por fortuna, según se mire, nos queda media botella (ver foto), nos costó unos 30€ en la bodega.
¡Salud!

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