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sábado, 10 de agosto de 2013

DORADO 2003. Alvarinho. Vinho verde. Portugal.


Hace ya tiempo que conocimos este albariño elaborado en el norte de Portugal, al otro lado del Miño (añadas 2001, 2002, y 2009) y comprobamos que con esta uva se pueden hacer cosas estupendas aunque no estemos en la DO Rías Baixas, que es la que está asociada a esta uva. 
A partir de aquí, conocimos a su creador, Marcial Dorado, tipo estupendo que nos regaló esta botella (y otras) de una añada, la 2003, conocida en Europa por la gran ola de calor veraniega que se llevó por delante a miles de personas, afectando también a muchas cosechas. 
Pues bien, este Dorado de color entre pajizo y oro, con matices verdosos, hace gala en nariz de gran complejidad. Es de esos vinos que te llevan a ir descubriendo matices a cada momento; y además lo hace sin explosiones aromáticas, con delicadeza. 
Encontramos primero recuerdos de hidrocarburo (un poco como los que también se aprecian en los riesling), notas cítricas (de cítrico confitado, más bien); flores y hierbas, mantequilla, y al final queda (y se prolonga) el recuerdo mineral.
En boca va por el mismo camino de la elegancia; requiere tiempo para ir disfrutando de sus matices. Su acidez es extraordinaria, porque no sobresale, no distorsiona, pero el vino resulta ante todo fresco (ideal, por ejemplo, para maridar con un buen pescado a la plancha, y limpiar su grasa y su aroma potente). 
Ante esa acidez no podemos por menos que preguntarnos cuántos años más puede este vino mantenerse en óptimas condiciones. Parece joven y tiene casi 10 años.
Además hay notas salinas, y ligeramente amargas hacia el final. El conjunto es delicioso, muy agradable.
Desde luego, quien quiera probar lo que puede dar de sí un buen alvarinho /albariño, tiene en este vino una buena muestra; y si se tiene la fortuna de probar añadas ya veteranas, mejor que mejor.
¡Salud!    

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